Cerca de una veintena de trabajadores del centro de salud
III (Tarajal) protagonizaron en la mañana de ayer una
concentración silenciosa a las puertas de la instalación
como protesta ante la agresión sufrida por un celador a
manos de un paciente en la jornada anterior.
Tanto Comisiones Obreras como UGT coincidieron en sus
demandas al INGESA al pedir mayores medios para los
trabajadores que parecen estar desprotegidos ante la cólera
de los usuarios.
Médicos, enfermeros, ayudantes de enfermería,
administrativos, celadores, conserjes. Todos ellos parecen
estar desprotegidos ante las agresiones de los pacientes. La
frecuencia con la que ocurren este tipo de situaciones es
mayor cada vez y los centros de salud son casi siempre el
lugar donde se producen.
Así, ayer casi la totalidad de trabajadores del centro de
salud del Tarajal mostraron su apoyo al celador agredido con
una concentración silenciosa de cinco minutos ante las
puertas de la instalación. Algunos representantes de las
centrales presentes en la Junta de Personal sanitaria
estuvieron también en la cita.
Al parecer el agresor pretendía que su médico de cabecera le
atendiera antes de empezar su jornada laboral, según
relataron testigos presenciales. Esta se encontraba en la
cafetería y el paciente pretendía entrar. La actitud de este
se tornó violenta y fue instado a abandonar la instalación.
Al tiempo se dio orden al celador para que avisara a la
Policía. Según los testigos la agresión se produjo mientras
el celador estaba haciendo la llamada. El individuo se
percató de ello, se lo recriminó y sin mediar palabra le
lanzó el coche de bebé por encima del mostrador. A
consecuencia de ello el celador tiene un hematoma en el
pómulo.
Desde Comisiones Obreras, su secretario general de Sanidad,
Ángel Lara, demandó al INGESA “medidas” para proteger al
trabajador. “El personal tiene que contar con los medios
suficientes para que estos hechos no ocurran”, apuntó.
Mientras, desde UGT, Eduardo Ordóñez consideró que desde la
Administración podrían efectuarse obras para la instalación
de mamparas protectoras para celadores y administrativos
que, según este, ahora mismo y en todos los ambulatorios
“están vendidos” ante las agresiones.
Por su parte, la Unión Sindical Obrera, apuntó al INGESA en
un comunicado al señalar a la Dirección Territorial como la
garante de una sanidad de calidad y la dignificación de las
personas que “se dejan el pellejo para hacer, en más de las
ocasiones deseadas, imposibles para el buen desempeño de su
labor”.
Lara consideró que muchas de las agresiones vienen motivadas
por la elevada presión asistencial y los pocos efectivos con
los que cuentan los centros de salud.
Figura de autoridad
Las agresiones contra médicos o personal sanitario y contra
profesores u personal docente son en estos tiempos que
corren cada vez más frecuentes. La ley no es demasiado
concreta y actualizada en estos casos ya que distingue entre
sanitarios y personal no sanitario. Ante una agresión,
médicos, enfermeros y auxiliares serían considerados figuras
de autoridad mientras que los celadores y administrativos
no. Ayer, tanto CCOO como UGT apostaron por unificar
criterios y englobar a todos los empleados del INGESA bajo
el mismo patrón.
Finalmente, desde CCOO pidieron al INGESA que prestara todo
el apoyo jurídico necesario al agredido e incluso que se
presentase como acusación particular en un juicio.
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