Por Mariano Rajoy se ha empleado
en diversas ocasiones, para acusar a Rodríguez Zapatero de
sus actuaciones negativas la frente del gobierno de la
nación, el tópico de “vergüenza torera” cuestión que no
sabemos si se conoce por todos los españoles y que es
utilizada en el gremio de la tauromaquia por aquellos
toreros que, por dignidad, al ver que sus fuerzas flaquean o
que no se dan los resultados apetecidos en sus actuaciones,
se retiran de esta actividad y por aquellos otros que
prefieren jugarse la vida echándose sobre los cuernos del
animal para demostrar su valor y empeño en corresponder al
público que les paga.
Y viene lo anterior a cuento de lo acaecido en la última
sesión del Congreso de los Diputados en la que se debatía
una pregunta por parte de un “padre de la patria” (el
parlamentario del Grupo Popular Ramón Aguirre) al
Vicepresidente del Gobierno y Ministro de Economía Pedro
Solbes, referida al “impacto en la economía del incremento
del paro”, o sea, uno de los problemas que mas afecta e
interesa a los españoles como consecuencia de la conocida
crisis económica por la que atraviesa el país.
Pero mírese por donde el tal diputado no compareció ante el
hemiciclo dejando, por una parte, con la miel en los labios
al Vicepresidente del Gobierno y Ministro Sr. Solbes, que no
pudo vanagloriarse de los buenos datos del IPC (Índice de
Precios al Consumo), que ha registrado una caída de un
punto, (ha pasado del 4,6 al 3,6); de la bajada del Euribor
(el tipo oficial del dinero de tanta incidencia en los
plazos hipotecarios) la mayor desde mayo pasado, así como la
previsible bajada de los tipos de interés según datos del
Banco Central Europeo.
No es admisible, pensamos, que se le prive a los electores
de un debate de tanta importancia y actualidad, debate en el
que se iba a tratar de cuestión tan importante como la
reseñada de la tasa de paro (la de mayor índice de la Europa
comunitaria), por mor de la ausencia debida a un “despiste”
del diputado (menos mal que no iba pilotando un jet de 450
pasajeros), cuya única ocupación es asistir al Congreso de
los Diputados, que para eso le pagamos todos los españoles
un buen sueldo, tarjeta oro, desplazamientos, complementos
por desempeño de comisiones, pensión especial en su
jubilación, etc. y disfruta de otras prerrogativas que no
tenemos los demás. Y para mas escarnio de lo que decimos,
hemos contemplado a través de los telediarios de televisión
como de los 350 escaños de que se compone el Congreso solo
estaban presentes 40 diputados, o sea, poco mas del 12 por
ciento de la “plantilla”, hecho éste (la ausencia de
diputados) que, dicho sea de paso, se repite con frecuencia
aun en caso de que intervengan el Presidente del Gobierno y
el representante de la oposición, como sucedió días pasados
cuando solo asistieron 160 representantes de la cámara
legislativa.
Les falta, pues, a nuestros diputados la “vergüenza torera”
de que hablábamos al principio no para jugarse la vida, que
sería mucho exigirles, pero si para que, en el caso concreto
del Sr. Aguirre, presentara su dimisión por la grave
comisión de una falta del sentido de responsabilidad y
menosprecio al electorado, al partido que representa y a la
cámara legislativa. Y, caso de que así no fuera, que por
parte de su entidad política se adopten las medidas
necesarias para su cese o destitución, medida ésta que
también debería ser aplicada a cuantos no corresponden con
la debida presencia y dedicación al puesto para el que
libremente, sin que nadie les obligara a ello, han optado.
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