El sistema informático del Ingesa dio ayer de baja a todas
aquellas personas que tenían la tarjeta sanitaria caducada.
El nuevo sistema regulatorio obliga a las personas a renovar
la cartilla con una fotografía. Muchos no pudieron ser
atendidos por los sanitarios cuando llegaron al centro, al
no cumplir con este requisito.
Era un día normal, nadie preveía lo que ayer ocurrió.
“Perdone, tengo cita con el doctor Fulano”, a lo que el
personal sanitario respondía, no sin sorpresa: “Lo siento,
pero usted está dado de baja en la Seguridad Social”. Y
contestaba el paciente: “¿Pero cómo puede ser eso si llevo
20 años trabajando?”.
Esta fue una de las muchas escenas que se vivieron en la
mañana de ayer en cada uno de los tres ambulatorios de la
ciudad. Los trabajadores de los centros tuvieron que
informarse primero para poder dar las explicaciones a los
pacientes después. Y es que el desconocimiento era absoluto
por las dos partes.
Una orden informática dio de baja, sin previo aviso, a todas
aquellas personas cuya tarjeta sanitaria estaba caducada. El
afiliado a la Seguridad Social está acostumbrado a recibir
en el buzón de correos una tarjeta sanitaria nueva que
sustituya a la anterior. Sin embargo, este sistema ha
cambiado y ha cogido a contrapié a muchas personas. Ahora es
necesario presentar una fotografía para renovar la cartilla.
Según los trabajadores de los centros y el propio Ingesa,
esta noticia se les había ido comunicando a todos aquellos
que presentaban su tarjeta caducada. Muchos no habrán tenido
tiempo de renovar la tarjeta; algunos no habrán querido por
pereza; y, a otros, no se les había comunicado hasta ayer,
cuando tropezaron con la piedra.
Pero el Ingesa también asumió parte de la culpa y es que no
ha realizado ninguna comunicación oficial al respecto. Es
más, el personal sanitario hablaba ayer de fallo burocrático
e informático, por lo que es de entender que no estaba
previsto tomar una medida tan estricta y de sopetón.
¿Qué se hizo con todas aquellas personas que llegaron al
centro de salud y encontraron que no iban a ser atendidas
hasta que no renovaran sus tarjetas? Se les dio cita a
partir de las 14.30 y se les entregó un resguardo para
volver a darles de alta. “Si no estáis a la hora, tendréis
que volver a pedir cita”, se les dijo a los pacientes, que
esperaban en los asientos su turno. También fue posible ver
a algunas personas recortando las fotos de carné en el
propio centro. Según el personal, el ambulatorio de Otero
fue el que más colapso sufrió. Todo hace indicar que la
medida se mantendrá, así que si usted tiene previsto ir al
centro, compruebe la caducidad de su tarjeta.
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