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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 29 DE OCTUBRE DE 2008

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Los de negro
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Debemos tener cuidado con la expresión, no vaya a ser que venga algún “progre barato” de esos que ahora abundan tanto y nos tilden de racista.

Por eso voy a explicar que mi columna de hoy, y no puede ser de otra forma, va encaminada a los árbitros, esos “parientes pobres” de la familia millonaria del fútbol.

He dicho, y lo repetiré mil veces, que es una función difícil la que desempeñan los árbitros, y por eso debieran tener una formación especialísima ad hoc, cosa que, a veces, da la impresión que no tienen, si nos fijamos en los constantes errores, gravísimos, muchas veces, que cometen.

Hoy, en un ambiente tan profesionalizado como es el del fútbol, nos encontramos con que en los dos elementos claves de la administración y dirección del fútbol no hay unos profesionales super preparados. Me estoy refiriendo a la mayor parte de los directivos y a los árbitros.

Es cierto que los equipos grandes, por debajo de esa capa plateada que representa el grupo de directivos, suelen tener profesionales de la administración, de la imagen o de las finanzas que van orientando el día a día de la entidad.

Sin embargo, toda esa labor puede romperse en tres horas, si el presidente de turno es un “echao palante” y quiere lucirse en cualquier fiesta con sus amigotes planteando un fichaje fantasmagórico que puede dejar sin telarañas la caja del club.

Esto ha traído las quiebras, más de una fraudulenta, de entidades que habían sido “santo y seña” del mundo del balón.

Ahora ya, y en esto se puede avanzar, el convertir muchas entidades, en sociedades anónimas, en las que se quiere ganar dinero, cuando uno se lo está jugando, puede atenuar y reducir el número de fantasmas y fantoches que tenían como único objetivo figurar y salir en los papeles.

La cuestión arbitral es otra. De momento es la parte técnica, que desde fuera dirige los encuentros. Es algo especial, y mientras un encuentro fue el enfrentamiento de colores, el problema, incluso en caso de errores, era menor.

Sin embargo, ahora hay más que un enfrentamiento de colores. Hoy hay en juego miles de millones, dignidades, representaciones de territorios y ..., pues bien, todo eso se pone en manos de expertos, sí, pero aficionados. Y no es que no cobren, porque hoy por hoy un árbitro de primera división puede ganar al año más que un catedrático de universidad y ¿Qué se le ha exigido?. Comenzar con afición, saltar luego a categorías inferiores, para ir ascendiendo más tarde, no tanto por méritos reales, cuanto por el peso de ciertos comités y por el equilibrio de que si uno tiene uno, que el otro no tenga tres.

Así sucede que no están los mejores arriba, ni se hace internacionales a los mejores, con lo que todos los domingos, y eso arriba, tenemos multitud de problemas, errores incomprensibles y, al final, personas que no van a tener responsabilidad por el daño que hayan podido ocasionar con sus desaciertos, son los que están marcando unas pautas que acarrea pérdidas o ganancias muy sabrosas.

En los últimos 30 años ha habido muchos cambios en el fútbol, tácticas, entrenamientos ... material más sofisticado. Para el árbitro las nuevas técnicas no han llegado aún.
 

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