El Gobierno rumano “no sabe cómo
convencer a sus emigrados para que regresen a su país natal,
a pesar de la “necesidad real” de mano de obra existente en
sectores como la construcción”.
Esto lo admitió el director general de la Agencia de
Estrategias Gubernamentales, Dan Jurcan durante una cena
celebrada en Bucarest con periodistas españoles y rumanos
Jurcan, en el transcurso de esta cena con los periodistas,
se refirió al crecimiento económico experimentado por su
país desde su entrada en la UE.
Asimismo reconoció que el arraigo que tiene sus compatriotas
en España, especialmente cuando se trata de familias con
hijos, dificulta el Plan de Retorno que ha puesto en marcha
su Administración en colaboración con el Ejecutivo español,
ya que no puede ofrecer las ventajas sociales, salariales y
laborales que dan los países vecinos.
Total que según el director General de la Agencia de
Estrategias, en cuantos su compatriotas “jurcan” la frontera
para instalarse en países vecinos, ya no quieren volver.
Servidor, perdón por señalar que está una jartá de feo,
quiere ayudar al gobierno rumano, para que algunos de sus
compatriotas regresen a su país donde hace falta mano de
obra.
Aquí, en la España de los españoles, sobran “mano de obras
especializadas en robar los teléfonos móviles, carteras en
el metro y donde no es el metro, realizada por menores
rumanos”. No tendríamos inconveniente alguno, digo yo, en
cuanto se coja a algunos de esos menores, a los que no se
les puede hacer nada, devolverlos a su país acompañados de
sus padres, tíos, primos y demás parientes, con lo cual la
“mano de obra especializada”, aumentaría en su país,
quitándole ese problema que actualmente tienen, ante la
carencia de la misma.
Por supuesto nos quedaríamos con esa otra mano de obra que
viene a trabajar honradamente, buscando una vida mejor para
los suyos. Esos, de verdad de la buena, tendrían todo
nuestro apoyo.
No sé qué le parecerá la idea pero, de momento, es una de
las ideas que se me ocurren en esa colaboración que les
quiero prestar, para que tengan ustedes “manos de obras
especializadas”.
Igual, esa “mano de obra especializadas”, que les quiero
enviar no es de su agrado, pero es que, por más vueltas que
le doy a la cabeza, no encuentro otra. Quizás porque soy muy
torpe buscando soluciones a los problemas de “manos de obra
especializadas”. O bien que esa “especialidad” no le guste a
usted, cosa que entendemos porque tampoco nos gusta a
nosotros y tenemos que cargar con algo que no nos
corresponde.
En fin, queridos míos, que si ustedes están dispuestos a
aceptar mi idea no hay inconveniente alguno que a la mayor
brevedad, empiece a enviarles toda esa mano de “obra
especializada” que tanto están demandando.
Sería un éxito para ambas partes. Ustedes consiguen la tan
necesaria”mano de obra especializada”, y nosotros nos
sentimos satisfechos de poder colaborar con el asunto ¿O no?
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