Para celebrar el Diwali o festividad de las luces, los
hindúes pudieron disfrutar de dos ceremonias que se
realizaron durante la tarde de ayer. Todo comenzó en el
templo hindú con el rezo colectivo o arti al que asistieron
una cuarentena de participantes con sus uniformes de galas
para recibir el nueño año y venerar a sus divinidades, en
esta ocasión, fundamentalmente a Rama y Lakshmi. A esta
última rindió un especial homenaje el centro Dharma Yoga que
puso en marcha una serie de ritos y entre ellos destacar el
baño a la Deidad, la figura sumergida en leche, y arati, una
ofrenda de elementos que representan la energía material.
El Diwali, festividad hindú de las luces, suele caer en el
mes de Kartik, entre octubre y noviembre, el día de Krishna
Amavasya, es decir, el día oscuro de luna nueva, ya que se
considera la noche más oscura del año, que tuvo lugar ayer.
De ahí la historia y conmemoración del retorno del príncipe
Rama a su reino de Ayodhya después de haber cumplido catorce
años de destierro y haber recuperado a su esposa Sita, que
fue raptada por el demonio Ravana. Para dar la bienvenida a
Rama y Sita, los habitantes de Ayodhya les recibieron con
lamparillas de aceite originándose de este modo el nombre de
la celebración, Diwali, que se prolonga durante tres días en
los cuáles se realizan ofrendas a Sita y Rama.
La fiesta de Diwali también esta asociada con Lakshmi Devi,
la Diosa de la Fortuna. “Se cree que la riqueza no entrará
en la casa si está a oscuras, por eso se encienden
lamparillas de aceite para dar la bienvenida a Rama y atraer
a la diosa”, narró una de las asistentes al templo hindú. En
la India es el tiempo de cerrar los libros de contabilidad y
empezar un nuevo año comercial además es tradición “hacer
regalos de oro y plata por parte del patriarca o matriarca
de la familia así como dar caridad a los necesitados y
estrenar alguna prenda de vestir que hacemos esta noche”,
explicó Ramesh Chandiramani, presidente de la comunidad
hindú. Los preparativos de la fiesta comenzaron a las siete
de la tarde de ayer, con un rezo colectivo que tuvo lugar en
el templo hindú denominado arti porque las oraciones y
cánticos sonaron a través de un hilo musical, de ahí el
nombre de la ceremonia. Los asistentes se acercaron al altar
donde posaban las divinidades religiosas con una vela en la
mano realizando movimientos circulares para “crear la
armonía con la música y el fuego representa el elemento que
lo purifica todo”, anotó el presidente de la comunidad. “La
hilera de velas en el altar muestra el camino de Rama hacia
su reino”, añadió.
Diosa de la Fortuna y el Amor
Lakshmi es la diosa de la Fortuna y el Amor. Durante el
Diwali se realizan ofrendas de dulces y frutas a Lakshmi
para propiciar su llegada a los hogares y tiendas. Mucha
gente adora a Laksmi para obtener riqueza material, pero si
no la adoran junto a Vishnu, su señor, sus bendiciones serán
muy temporales y se marchará a otro lugar llevándose consigo
toda la riqueza. El Diwali o festival de las luces está
relacionado con ella. Durante esta fiesta se suelen sumergir
en leche las imágenes de Laksmi durante tres días. Además de
ser la diosa de la fortuna y el amor, es la protectora y el
ejemplo a seguir de la mujer hindú. El ritual fue llevó a
cabo en el centro Dharma Yoga a través del sacerdote hindú
Juan Carlos Ramchandani. Los preparativos comenzaron con un
contexto histórico sobre la fiesta, seguido de la recitación
de la mantra, un momento de reflexión, para luego iniciar la
ceremonia de baño de la Deidad hacia la diosa Laksmi a la
cual bañaron en leche, tal y como indica la tradición
hinduísta. Tras ello se celebró el arati, una ceremonia muy
importante a modo de ofrenda a través de cinco elementos:
incienso, flores, agua, abanico y lámpara de incienso. “En
su globalidad, representan la energía material. El incienso
es el espacio; las flores, la tierra; el agua se derrama con
una caracola; la lámpara de fuego, las llamas y el abanico,
el aire y se ofrecen a Sri Rama y Lakshmi”, sintetizó el
sacerdote hindú.
Ramayana, origen de Diwali
El Ramayana es uno de los textos sagrados más importantes
para los hindúes y se suele recitar durante todo el año,
aunque muy especialmente durante el Diwali, la festividad
que conmemora el retorno de Rama después de 14 años de
destierro. Sri Rama es Dios encarnado, quien decidió
volverse humano y durante un tiempo olvidar su divina
identidad; y por recuperar a su esposa Sita, tuvo que luchar
muchas batallas y enfrentarse a los demonios. Los viajes de
Rama también son un reflejo del viaje que cada alma hace. El
tema principal del Ramayana es la eterna lucha del bien y el
mal, la luz y la oscuridad, y las consecuencias de nuestros
actos pasados. En el Ramayana nos encontramos con el
sacrificio de la libertad en nombre del deber y el honor. El
amor además de un sentimiento, demanda de un servicio, la
devoción de Rama por Sita y de esta por Rama, por sus
súbditos, por su padre. El sufrimiento de Sita, la consorte
eterna de Rama, y una encarnación de Lakshmi, la diosa de la
Fortuna, es debido a que se encuentra separada de su señor.
El demonio Ravana trató de disfrutar de la diosa de la
Fortuna, sin su esposo y como consecuencia le vino la
muerte, tal y como aparece en la obra del sacerdote hindú.
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