Es como estamos observando al
Ceuta, en el último mes, especialmente en los encuentros de
fuera de casa.
Yo nunca pensé que se hubiera hecho un súper equipo, pero lo
que sí creía era que el equipo tendría una personalidad que
no tiene y unas estructuras que pusieran de manifiesto sus
posibilidades para lograr algo importante a lo largo de la
campaña. Hasta ahora me han defraudado.
Y lo que más me preocupa es ver como hay quien se quita de
en medio, para que “el marrón”, si llega, se lo coman otros.
Eso es una vergüenza que el equipo directivo de la AD Ceuta
debe cortar de raíz, y si es esta semana mejor que si lo
dejan para la siguiente.
En Antequera el Ceuta dio una imagen pobre, sin garra,
totalmente deshilvanado y sin nervio.
En Cádiz se dejaron ver durante diez minutos y luego se
mostraron como un juguete roto en manos de un niño, y en El
Ejido ha sido la conformación del equipo miedoso, que no
sabe aguantar el peso de la responsabilidad y que cuando se
ponen por delante en el marcador se quedan atenazados,
desconcertados y sin saber donde están.
Hace tres o cuatro días me decía el director deportivo del
Ceuta que siempre se estudia al adversario, por videos que
tienen de todos los equipos, además de por los informes
técnicos que él mismo elabora, tras haber visto al equipo
con el que tienen que jugar. Eso me parece muy bien, pero ni
en Cádiz, ni en Antequera, ni, mucho menos, en El Ejido
parecía que conocieran al adversario, porque en esos tres
encuentros el Ceuta estuvo a merced del contrario, cuando
más falta les hacía tener serenidad.
Y además hay otra cosa que puede pasar en un equipo de tres
al cuarto, pero no en el Ceuta: la cuestión disciplinaria.
Lo sucedido en el campo de Santo Domingo implica una falta
de compromiso que no debiera existir en el Ceuta. La
expulsión de tres jugadores y el utillero es dar una imagen
de equipo de “poco más o menos”, cosa que no se debe dar en
el Ceuta.
Una expulsión puede llegar en un momento, en una jugada de
esas en las que hay que arriesgar, y así podríamos
enjuiciar, si acaso, la de Juanfran. Las otras dos
expulsiones de jugadores indican una irresponsable actitud
como para quitarse de en medio.
Y que nadie nos venga con que están “a mil pulsaciones”,
porque si son profesionales lo tienen que saber soportar,
sin más. Lo de Álvaro no quiero ni comentarlo. Un jugador no
puede ser expulsado a los 20 o 25 minutos de haber entrado
al campo, porque aquí lo que parecía era que se trataba de
la rabieta del niño que por no haberle dado el juguete a su
tiempo, cuando se lo dan los tira. Inexplicable.
El técnico algo tendrá que decir, además de que el resultado
es engañoso o que el árbitro es malo, y menos mal, porque si
hubiera sido bueno el gol que anuló al Ejido y que hubiera
sido el 1 – 1, dos minutos más tarde de marcar el Ceuta, no
lo hubiera anulado y las cosas se podían haber puesto peor,
todavía.
Alguien me dirá que la situación está como la pasada semana
y yo creo que está un poco peor, porque se ha perdido un
partido más y los de arriba siguen sumando puntos, mientras
que aquí seguimos mirando a las estrellas.
No se me oculta que queda, aún, mucha competición, pero los
mismos partidos quedan, también, para los otros.
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