Como ocurre en Navidad cuando los cristianos preparan
sabrosas comidas, acuden a las iglesias para hacer sus
donaciones, compran vestimentas para empezar con buen pie el
año. Pues los hindúes celebran el Diwali, la festividad de
las luces, que inaugura el nuevo año para esta comunidad y
anuncia el regreso del príncipe Rama a su reino de Ayodhya,
del que fue desterrado durante 14 años y al que regresó tras
su victoria sobre Ravana, rey de los demonios. Según la
leyenda, “los habitantes de la ciudad llenaron las murallas
y los tejados con lámparas para que Rama pudiera encontrar
fácilmente el camino. De ahí la tradición de encender
multitud de luces durante la noche “, explicó Juan Carlos
Ramchandani, sacerdote hindú.
La divinidad que preside esta festividad es Lakshmi,
consorte del dios Vishnú. Ella es quien otorga la
prosperidad y la riqueza, por eso es especialmente
importante para la casta de los comerciantes. También el
dios Ganesha es venerado este día. “Buscamos un símil al día
de Navidad. Llamamos a nuestros amigos, seres queridos y
cenamos con la familia. La fiesta nos da a entender la lucha
entre el bien y el mal aunque triunfa el bien. Rama encarna
la figura del hombre perfecto que posee los dones de la
honestidad, la belleza, la cultura”, explicó Ramesh
Chandiramani, presidente de la comunidad hindú.
Dentro del misterio de la noche se abren todas las ventanas
y puertas de las casas y en cada una de ellas se realiza un
ofrecimiento de luz con una lámpara de aceite o una vela,
repitiendo el mismo mantra, para que Lakshmi entre para el
resto del año. El simbolismo de la fiesta consiste en la
necesidad del hombre de avanzar hacia la luz de la verdad
desde la ignorancia y la infelicidad, es decir, obtener la
victoria de la dharma (ley natural o realidad) sobre la
adharma (contraposición al dharma, a la ley espiritual. Es
la oscuridad que se enfrenta con la luz).
Para conmemorar esta festividad, que se inicia hoy, la
comunidad hindú se reunirá esta tarde en el templo para
comenzar con un arti, rezo colectivo, y tras él, la cena
familiar. El viernes, se celebrará una cena en el Hotel-
Parador La Muralla “y el tema propuesto este año es la
gastronomía local de la comunidad hindú, con platos típicos
como la samosa, el pakora y los dulces típicos, explicó
Chandiramani. Por su parte, el Centro Dharma Yoga, diridido
por el sacerdota hundú Juan Carlos Ramchandani celebrará el
Diwali a partir de las siete y media de la tarde con una
cita en la que no faltará la historia de este culto, una
meditación, el arati (ofrenda de los cinco elementos que son
el incienso, las flores, el agua, la lámpara de fuego y el
abanico) y el baño de la Deidad, “bañamos la imagen de
Lakshmi en leche”, concluyó el sacerdote.
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