Me estoy refiriendo a José Zurrón,
que en los años finales de los 60 y comienzos de los 70 fue
alcalde de Ceuta.
Personalmente no coincidí con él aquí, pero sí que coincidí
en tierras extremeñas, cuando yo era profesor del instituto
de Jerez de los Caballeros y él era gobernador civil de
Badajoz.
A nadie he oído en Ceuta hablar mal de aquel alcalde, un
hombre del régimen (es lo que había) pero que no se
aprovechó de su posición, ni aquí, ni luego en Badajoz, a
pesar de su alto cargo.
Y digo que era un hombre del régimen porque ser alcalde de
Ceuta, en aquellos años, no lo “podía” ser más que alguien
en quien se confiaba en las alturas. Ceuta, entonces más que
ahora, tenía un prestigio muy especial en las altas esferas
del régimen, y no podía ser entregada, para que fuera
regida, a un cualquiera. En este caso acertaron con la
persona elegida.
Desde aquí pasó a otro buen cargo, gobernador civil de una
provincia muy grande, aunque sin grandes problemas, “de
orden”, en aquellos años. Y en Badajoz, también, cumplió con
su gestión, aunque posiblemente su celo por mantener las
normas del régimen, que ya, por los años y la enfermedad de
Franco, comenzaba a tambalearse, le hicieran ser
excesivamente “vigilador” en algunos aspectos con la prensa.
Y él que no se excedía en nada, tuvo alguna mínima
“agarrada” con un gran profesional de la radio, director de
Radio Extremadura, Cadena Ser, Julio Luengo Garallo. La cosa
no pasó a mayores porque, hay que decirlo, Julio Luengo, un
Premio Ondas, de los años 70 no era fácil de doblegar en sus
razones, y sus razones, allí y entonces, eran Extremadura.
Dejando esto de lado, yo conocí a José Zurrón, en el
instituto de Jerez de los Caballeros, en una visita que nos
hizo, no sé para conmemorar qué o festejar lo que fuera, y
él que era cuidadoso con los “cachorros” del régimen, para
que la línea no se torciera, recuerdo que en el instituto,
tras habérselo presentado el alcalde del pueblo, saludaba
efusivamente a uno de los alumnos, que, según el alcalde,
era “Consejero Local del Movimiento”. Recuerdo que estuvo
charlando varios minutos con él, lo trataba como si de un
hijo, o algo así, se tratara y curiosamente, tres o cuatro
años después, cuando murió Franco y “ se abrió la veda”,
aquel chaval que se había puesto la camisa azul más veces
que mi amigo José Antonio Peche Primo de Rivera , comenzó a
hacer carrera política en el PSOE, en cuyo partido tanto él
como algún otro familiar han logrado altos cargos en las
tierras extremeñas.
Lo de que uno haga carrera en el partido que quiera es
normal, pero dar una zancada tan larga en tan poco tiempo,
cuando menos, es digno de resaltarlo.
A José Zurrón lo vi por última vez en los primeros días de
marzo de 1987, en Madrid, en el tanatorio, donde estuvimos a
dar el último adiós a mi entrañable D. Joaquín Ferrer, que
acababa de morir hacía muy pocas horas. Allí, en aquellos
momentos, también estuvo José Zurrón, porque en su dignidad
entraba estar siempre al lado de sus amigos y Joaquín Ferrer
había sido amigo suyo por lo que tenía que recibir de él su
último adiós.
En Badajoz lo habrán recordado como un buen gobernador, en
Ceuta se le recordará siempre como un buen alcalde, y yo lo
poco que lo conocí lo voy a recordar como una persona con
dignidad, responsable en sus acciones, sereno a la hora de
actuar y, especialmente, amigo de sus amigos.
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