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cultura - LUNES, 27 DE OCTUBRE DE 2008


un momento del curso de acuarela. m.z.

TALLER DE ACUARELA DE LAHMAR
 

La materia en las masas de color

El acuarelista tetuaní Mustapha Ben Lahmar está mostrando sus técnicas en las instalaciones de la Basílica Tardorromana desde el 13 de septiembre en un curso organizado por la Consejería de Cultura
 

CEUTA
Fernando M. Caracena

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La sala de la Basílica Tardorromana donde imparte el taller de acuarela de Mustapha Ben Lahmar está presidida por un desconchado en la pared. Unas pinturas rupestres en ocre de unos cazadores asediando a un ciervo salpican el desconchado. “Los hombres que hicieron las pinturas rupestres lo hacían realmente bien sin tener que dibujar”, dijo Lahmar mientras compartía un cigarro con uno de sus alumnos en la puerta trasera de la Basílica.

“Lo que pretendo con este curso es descubrirles la técnica de la acuarela sin hacer dibujo, sin tener esa necesidad”. ¿Entonces hacen abstracción aquí? “El dilema entre la figuración y la abstracción es falso. Lo más importante es la materia que surge y que termina uno creando”, respondió Lahmar desde su óptica de acuarelista. Una óptica por otra parte difícil de entender pero, é, es artista.

En la sala diez alumnos se afanaban en responder a dos ejemplos colgados en uno de los laterales de la habitación. Uno, de tonos cálidos, y otro predominantemente fríos. La mayoría de los alumnos escoge el frío. “Lo que más me gusta de este curso es que Lahmar lleva a cabo su ejemplo y puedes ver cómo se hace. En otros cursos donde he ido te dan la explicación y tú tienes que visualizar la forma de hacerlo” explicó un alumno de barbas blancas y con hechuras de pintor. “El problema -añadió- es cuando terminas y no puedes evitar compararlo”.

Didáctica

El objeto de los cursos no es conseguir unos resultados académicos. La filosofía didáctica de Lahmar es que los alumnos alcancen su propia visión, que potencien lo que cada alumno tiene que aportar a la imagen inicial que sirve de ejemplo. De ése proceso dialéctico el acuarelista se siente el más beneficiado: “El que más aprende en el curso soy yo, cada uno te enseña algo. En realidad el alumno aquí soy yo”. Una de las asistentes al curso tiene problemas secando el agua acumulada en los colores. “Si a ti te gusta más la tarjeta que el papel, utiliza la tarjeta”, le invitó el tetuaní.

En la sesión de ayer Lahmar se centraba en los conceptos de color y luminosidad. En el hermoso dibujo de colores terrosos los rayos del sol se proyectan desde la derecha sobre unos edificios. “Hay que usar un naranja claro para poder crear luz”.

Hay 5 o 6 nociones básicas que son inseparables y “la acuarela es el resultado de su combinación”. De esa mezcolanza de nociones, de las masas de color y del agua: “El medio que utilizamos es el agua. El agua termina regalándote cosas”. Cada fin de semana desde el 13 de septiembre las clases de Lahmar han estado centradas en una de las nociones. En el puente se canceló una de las sesiones y en principio la clase de texturas con la que se concluía ayer el curso pasará a la semana que viene.
 

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