Es, hoy por hoy, la fiesta
tradicional que más agrada y atrae a la juventud de Ceuta.
Un día entero, en ocasiones con su noche precedente, y
desligados de todo lo que conlleva la ciudad, hace más
libres a todos los que ese día salen al campo, con su
mochila y con la idea de vivir “a pleno pulmón” la
naturaleza.
El problema, y siempre tiene que cruzarse algún
inconveniente, está en que hoy el campo, el poco campo que
Ceuta tiene, está demasiado cambiado, y cambiado para peor.
La seguridad, en algunas partes, es, de verdad, un trauma
que no deja disfrutar al personal de ese día fuera de casa.
Y esa falta de seguridad que, a veces, hay, está promovida
en parte, pero no en su totalidad, por tantas personas que
un día entraron sin saber por donde, fueron bien acogidos y
luego, muchos de ellos, se apartaron de ese lugar de
acogida, para estar a su suerte por ahí. Es algo que no hay
que dejar de lado y ahora menos que nunca.
Por otra parte, esa falta de seguridad, también, es
promovida por propios de Ceuta que con esos vehículos que
utilizan, “todo terreno”, no reparan en arrasar lo permitido
y lo que está fuera de la ley, para saltarse todas las
normas de convivencia.
Es lamentable que una fiesta tan propia y tan sencilla, se
vea interrumpida, en muchas ocasiones, por quienes o no
tienen documentación en regla, o si la tienen es peor que si
carecieran de ella, porque arrasan con lo propio y lo
extraño.
Además, este año, para más INRI, nos encontramos con que
desde hace casi un mes ha llovido en Ceuta más que en los
cinco últimos años juntos, con lo que las sendas y los
caminos más utilizados del monte están casi intransitables.
Desde la Ciudad Autónoma, si es que el tiempo lo permite,
que eso no depende ya de nadie, ni político, ni extra
político, se intentará poner en orden el estado de algunas
de esas sendas, aunque va a ser muy difícil que lleguen a
estar en las condiciones más óptimas para poder llegar por
ellas al monte. Ya veremos.
La idea que hay en estos momentos, y deben tener toda la
razón quienes piensan así, es que las fuertes lluvias que
vienen marcando la meteorología de este otoño y paralelo a
eso el paso de las motocicletas de campo, han dejado los
caminos y las sendas de los montes de Ceuta completamente
desfigurados.
Para poner esto en mejores condiciones la propia Ciudad está
trabajando con sus recursos del Parque Móvil, en las
diferentes pistas, además de que cuenta con la colaboración
de la Delegación del Gobierno con personas del Plan de
Empleo para ciertos trabajos en García Aldave.
Si a esto le unimos también la actuación del Servicio de
Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil que está
vigilando el paso de los QUAD por los caminos, se podrá
llegar al día 1 de noviembre con la situación controlada,
para que jovencitos y otros con más edad, pueden pasar el
día, incluso la noche en sus tiendas de campaña, comerse su
mochila, estar muchas horas al aire libre o en contacto con
la naturaleza y, especialmente, festejando un día que en
Ceuta representa algo más que una fiesta cualquiera, con la
salida al campo que, para Ceuta, por aquello de no tener
mucho, es un aliciente más. En ocasiones pedíamos cordura,
este año además de pedir cordura, también, miramos al cielo
para ver si lloverá.
|