Xe la Yebala occidental al Rif
oriental, pasando por la comarca de Gomara, el norte de
Marruecos está viviendo tras la ascensión al trono de
Mohamed VI un acelerado crecimiento económico, si bien más
perceptible por motivos obvios en la zona del Estrecho. No
obstante, la nueva carretera costera (ya un hecho en el eje
Nador- Alhucemas) entre Badis y Tetuán, con una primera fase
(Badis-Yheba, antiguo Puerto Capaz) en avanzado estado de
construcción contribuirá, que duda cabe, a desenclavar al
fin una región que desde el final del Protectorado español
(1956) y hasta la pasada década de los noventa había sido,
en gran medida, abandonada a su suerte; ¿castigada por la
rebelión de 1958…?. No obstante y como siempre, pese a estar
una gran parte de su población emigrada en Europa el bravío
Rif ha sabido mantener, orgullosamente, sus acendradas señas
de identidad.
Con un fuerte acento irredentista a lo largo de su agitada
historia, desde el Rif se sigue con gran atención el
proyecto de amplia Autonomía ofertado por Rabat como
alternativa en el Sáhara Occidental (las Provincias del Sur
para Marruecos), mientras desde algunas instancias se
mantienen soterrados contactos con formaciones radicales
procedentes de España, afines al independentismo catalán y
vasco. Precisamente este fin de semana dos asociaciones
rifeñas, “Thawiza” y “Amziane”, organizan un debate en Nador
(ciudad muy próxima a Melilla) en el que pretenden
profundizar en los 7 puntos de la “Declaración de Autonomía
del Gran Rif”, elaborada hace dos años por la “Confederación
de Asociaciones Culturales Amazighs del Norte de Marruecos”
y que, el movimiento asociativo de la región, ve como una
alternativa de promoción económica, social y, sobre todo,
desarrollo político. Uno de los postulados de la Declaración
especifica que “El Gran Rif, en el sentido geográfico del
término, desde el Atlántico justo hasta las fronteras con
Argelia, debe beneficiarse de un estatuto de autonomía en
consonancia con sus especificidades históricas, geográficas,
lingüísticas y culturales”. Un órdago para la actual
organización administrativa del Reino.
Si el Estado vigila con inquietud, como siempre, lo que
ocurre en el Rif, desde el campo islamista se ven también
con aprehensión, desde hace tiempo, los intentos del mundo
amazigh por soltar amarras tanto con el colonialismo
arabófono (vía Unión del Maghreb Árabe) e islámico, en la
búsqueda de un modelo más sincrético y propio recuperando en
parte, por qué no, sus raíces ancestrales arrancadas a
sangre y fuego bajo la dura conquista del Islam; si alguien
tiene duda de lo que escribo, que repase la Historia. El
acercamiento de una parte del movimiento amazigh a la
diáspora judía tendiendo, incluso, la mano hacia el
reconocimiento del Estado de Israel, ha podido acabar con la
paciencia de algunos. Es precisamente bajo este contexto en
el que debemos situar el primer congreso islámico amazigh,
que se estaría organizando para primeros de año en una
localidad a medio camino entre Rabat y Casablanca;
impulsado, entre otros, por personalidades como Mohamed
Kharidi, pretende lanzar un Consejo Islámico Amazigh (CIA)
con el que intentar frenar el avance de un movimiento
bereber marcadamente regionalista y espiritualmente más
autónomo.
|