Si el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la
misma piedra, la AD Ceuta es capaz de, dos semanas después,
repetir los errores que le costaron la derrota en el Ramón
de Carranza. Todo en un duelo con características similares
al de Cádiz, por medirse a un recién descendido y uno de los
favoritos al ascenso. Así los caballas, que no supieron
aprender de los errores que tuvieron en la tacita de plata,
reescribieron un guión en el que también se pusieron por
delante, hasta terminar encajando cuatro goles. Encima,
volviendo a plantear el partido a expensas del rival. Y es
que los equipos grandes, o aquellos que aspiran a serlo,
deben mantener su estilo independientemente de contra quien
jueguen. Algo que el Ceuta sigue sin hacer. Para colmo, un
día en el que los ceutíes acabaron con ocho jugadores,
perdiendo los papeles sobre el terreno de juego, ante un
controvertida actuación arbitral.
De inicio, el respeto fue la nota predominate entre ambos
conjuntos, hasta el punto que la primera ocasión, en este
caso para los almerienses, llegó en el ecuador de la primera
mitad. Un panorama por el que la lucha se planteó en el
centro del campo, donde unos y otros bregaban en busca de un
resquicio en la zaga rival. Justo lo que encontró Juli
cuando se marchó de todo el que salió a su paso para, desde
la frontal, sacarse un disparo con la zurda que se estrelló
en el palo. Acción que metió el miedo en el cuerpo a los
caballas, aunque estos no se amilanaron, ya que acto seguido
Javi Navarro puso la réplica con un disparo cruzado que fue
a las manos de Valerio. Así se iniciaron las hostilidades,
que a su vez calentaron el encuentro, hasta el punto que el
colegiado expulsaría al técnico local, Lucas Cazorla, por
protestar una infracción de Sergio Castaño. Lo que
descompuso a los locales, que se fueron del partido, y lo
pagaron caro. Ya que al superarse la media hora de juego, el
Ceuta se adelantaría al rematar De Lerma un balón colgado
desde la diestra por Elvis.
Un primer tanto al que, dos minutos después, sucedería el
primero para los locales, que en este caso no subiría al
marcador porque el colegiado anuló la acción, a instancias
de su asistente, por un inexistente fuera de juego de Nakor
Bueno. Una decisión favorable a los blancos quienes, como ya
sucediera ante Puertollano, Betis B y Cádiz, no sabrían
defender el marcador al cometer Juanfran un penalti en el
último minuto, transformado desde los once metros por Jorge
Molina, que para colmo de males supuso la expulsión del
alicantino por doble amarilla. Con lo que a los ceutíes se
les complicaba un encuentro que, sin haber hecho más méritos
que el rival, se le había puesto de cara.
En la segunda parte Benigno Sánchez optó por dar entrada a
Dani Martino en lugar de Bernat. Lo que no evitó que los
celestes llevaran peligro sobre la portería de Lledó, quien
tocó lo suficiente para desviar el taconazo de Jorge Molina
que llevaba marchamo de gol, y detener en dos tiempos el
potente disparo desde la frontal de Juli. Mientras los
caballas lo intentaban a balón parado, en una acción que
terminó con remate de Dani Martino por encima del larguero.
Cuando las ocasiones más claras seguían cayendo del lado
ejidense, como un nuevo disparo de Juli que Lledó se quitó
de encima como pudo. Aunque, a partir de ahí, los de Benigno
Sánchez supieron enfriar el encuentro, haciendo que decayera
el ritmo del encuentro. Un instante en el que el técnico
murciano optó por dar entrada a Álvaro en lugar de Fran
Amado, situando a Elvis como referente ofensivo.
La intensidad había decaído, y por ello las incursiones
llegarían en acciones a balón parado. Como la falta
malograda por Álvaro al dispararpor encima del travesaño, o
el saque de esquina cabeceado por Charpenet con idéntico
destino. Pero la más clara hasta el momento sería para el
Ceuta, al pescar De Lerma un balón en la frontal que el
pacense estrelló en Valerio, después de zafarse con claridad
de un rival e internarse en el área contraria. Oportunidad
que sirvió para que los blancos volvieran a confiarse, como
ya les sucediera en el Ramón de Carranza, y se fueran a por
la victoria, dejando espacios en defensa. Lo que
aprovecharon los almerienses para, en un contragolpe,
adelantarse en el marcador al rematar Diego Cascón, libre de
marca, un pase de Jorge Molina.
Un tanto que haría añicos las aspiraciones ceutíes, que poco
después fueron castigados con una segunda pena máxima de
nuevo materializada por Jorge Molina. Un tercer tanto que
estuvo acompañado por la expulsión de Pepe Martínez por
protestar, que no sería la única, ya que Álvaro dejaría a
los suyos con ocho la recta final de un encuentro en el que
todavía la herida sería más amplia, al marcar Juli el cuarto
y definitivo, con un centro-chut que acabó en el fondo de
las mallas después de tocar en Lledó.
|