La movida vuelve a venir a cuento
del tal Al Maghraoui, oscuro fundamentalista y hábil
predicador autor, desde la sede central de su red de “casas”
para la “Predicación del Corán y de la Sunna” en Marrakech,
de la polémica y enredada “fatwa” según la cual al día de
hoy y siguiendo, presuntamente, el ejemplo del Profeta
Mahoma, sería lícito el matrimonio coránico entre un adulto
y una pequeña de nueve años. Para echar a correr… Remito al
lector interesado a la columna del pasado 14 de septiembre
junto a las del 7 y 14 de este mes. Las autoridades han
respondido cerrando la mayoría de sus centros, solo diez en
Marrakech (hace quince días aun seguía abierto uno de los
dos existentes en Tetuán), así como de otras tendencias en
el resto del país. Según fuentes solventes en todo Marruecos
han sido clausuradas sobre 60 escuelas coránicas, mientras
el entorno islamista cierra filas protestando contra, a su
juicio, una arbitraria medida, olvidando que muchas prédicas
wahabistas han servido de hilos conductores “maleables a los
discursos nihilitas y de la yihad”, como recordaba con tino
en su último número la revista “Perspectives”, dirigida por
Allal El Maleh.
Las protestas se han ido canalizado por dos vías: por un
lado unas sesenta asociaciones islamistas, de diferentes
tendencias, han interpelado mediante una carta fechada el 18
de octubre al Primer ministro y al ministro de Interior,
sirviéndose como vehículo transmisor del Centro Marroquí de
Derechos Humanos (CMDH), dirigido por Khalid Cherkaoui y
próximo, según algunos, al movimiento alegal de “Justicia y
Espiritualidad”; por otro, el “Partido de la Justicia y el
Desarrollo” ( islamistas parlamentarios, PJD) ha llamado la
atención, mediante un comunicado, de circunscribir el cierre
a la red de centros dirigidos por Al Maghraoui, mientras
estudia la posibilidad de una intervención en el Parlamento
a fin de centrar el problema: “Ni se puede ni debe
generalizarse, las escuelas coránicas, tradicionales en
Marruecos, no tienen que ver nada con la peculiar fatwa de
Al Maghraoui”, matiza Mohamed Bellhasen, cualificado miembro
de la comisión de exteriores del PJD. Por su lado, fuentes
del ministerio de Asuntos Islámicos insisten en que deben
homologarse los estudios de las escuelas coránicas: “El
Corán debe leerse no de siete formas diferentes, sino de
una, en consonancia con la reforma del campo religioso”.
Encarando el pasado Ramadán sus últimos días, el joven
soberano alauí (y Amir Al Moumenim) lanzaba en Tetuán su
segundo proyecto de reforma religiosa en dos años, amparando
la creación de consejos locales de ulemas y, sobre todo,
arbitrando las medidas necesarias para “garantizar la fe y
la identidad marroquí contra veleidades integristas y
extremistas”. Palabras de Mohamed VI. Recordemos que
actualmente están registrados en Marruecos 3 centros
universitarios de estudios religiosos (uno en Tetuán), 500
escuelas tradicionales y 12.500 escuelas coránicas; las
segundas, en proceso aun de homologación en cuanto a las
materias impartidas con las escuelas normales. El permiso
necesario para abrir una “escuela coránica” es competencia
del ministerio de Habús y Asuntos Islámicos, siendo ajenas
las autoridades locales a la documentación requerida, salvo
obviamente en el aspecto urbanístico (licencias de
construcción, etc).
|