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Durante unos meses, si uno sólo se
fijaba en las noticias que publicamos los medios de
comunicación, cualquiera hubiera dicho que las nuevas
tecnologías y específicamente Internet no eran sino una
verdadera maldición en la ciudad autónoma. Día tras días la
Jefatura Superior del Cuerpo Nacional de Policía no se cansó
durante varias semanas de dar cuenta de la detención de
individuos por almacenar contenidos pedófilos en sus
ordenadores, por estafar a otras personas a través de
correos electrónicos fraudulentos supuestamente remitidos
por sus entidades bancarias... Ayer, la Biblioteca Municipal
dio, sin embargo, el mejor ejemplo de cómo se pueden
aprovechar como se debe las nuevas tecnologías presentando
una nueva web en la que pondrá a disposición de todo el
mundo una parte que se irá incrementando progresivamente de
la cultura ceutí a través de la digitalización de parte de
sus fondos bibliográficos. Pese al trabajo del Centro de
Proceso de Datos, digno de mención en la medida de sus
posibilidades, Ceuta da la impresión de ir un paso por
detrás en lo que al aprovechamiento de Internet y sus
múltiples potencialidades se refiere. La página web de la
Ciudad Autónoma aún dista mucho de ser lo que podría y
todavía no brinda a los ciudadanos la posibilidad de hacer
desde sus casas un gran número de trámites y gestiones que
sí pueden realizarse ya en otros municipios españoles. No es
un asunto baladí ni de mera comodidad de los usuarios:
evitando desplazamientos innecesarios se evitan atascos de
tráfico, se contamina menos... Por otro lado, la industria
de Internet tiene una ventaja (y no es la única)
incomparable para un territorio con las características de
Ceuta: al contrario que la Industria u otros grandes
productores de empleo, para generar actividad en la Red no
hace falta ocupar espacio. Basta con un ordenador y muy
poquito más. Claro que primero hace falta oferta formativa y
después, la calidad de conexión de cualquier otra parte del
país. Ambas cosas son las que debemos exigir para prosperar
en este terreno.
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OPINIÓN / EDITORIAL
