Las nuevas excavaciones organizadas en la cueva y el abrigo
de Benzú por el grupo de profesores de la Universidad de
Cádiz se centra ahora en el estudio del llamado nivel 5 que
recoge registros de hace más de 150.000 años. Entre los
hallazgos destaca una punta musteriense en perfecto estado
de conservación. Dos miembros de la Universidad preparan dos
tesis sobre el yacimiento.
La nueva campaña de excavaciones en el yacimiento de la
cueva y el abrigo de Benzú progresan estos días en los
registros del llamado nivel 5 A que recogen una cronología
que ronda entre los 160.000 y los 175.000 años de
antigüedad. “Al encontrarse en la parte superior del
pleistoceno medio se pueden datar las piezas que encontramos
con una precisión bastante aceptable”, explicó el director y
profesor titular de Prehistoria de la Universidad de Cádiz.
De esa época destaca el hallazgo una punta musteriense
perfectamente conservada que se utilizaba para tratar la
carne. También se está trabajando en el nivel 3 B del
abrigo, ligeramente más antiguo que el anterior.
El objeto de la nueva campaña es conocer los registros más
antiguos de la secuencia del abrigo, que alcanzan hasta los
300.000 años. Una fecha similar a la época en la que se
trabaja en el conocido yacimiento de Atapuerca. Además se
quiere precisar la tecnología encontrada en los niveles 4 al
1 y se trata de interpretar el cambio tecnológico encontrado
entre los niveles 2 y 1.
El abrigo y la cueva de Benzú están siendo estudiados por un
amplio equipo multidisciplinar. Se ha extraído una nueva
columna de piedra para analizar el polen de su interior que
está siendo estudiada por Blanca Ruiz y María José Gil de la
Universidad de Alcalá de Henares. Para completar el estudio
de la flora de aquella época se cuenta con el análisis
antrocológico desarrollado por la profesora de la
Universidad a Distancia Paloma Uzquiano. También se han
emprendido nuevos estudios geomorfológicos en colaboración
con un equipo de la Universidad de Huelva y sobre la fauna
del pleistoceno. Los hallazgos encontrados están siendo
analizados por el laboratorio que el equipo de excavación ha
montado en el colegio Ortega y Gasset.
Se está preparando una monografía “potente” sobre el
yacimiento de Benzú. Eduardo Vijande prepara un estudio
sobre el Neolítico en Benzú y su contexto en el entorno del
estrecho de Gibraltar. La tesis de Juan Jesús Cantillo
versará sobre los recursos marinos de Benzú y su influencia
en los modos de vida de los grupos humanos que habitaron
Benzú.
El punto de vista desde el que se está analizando la
tecnología encontrada es su función con los productos que
manejaban las poblaciones de cazadores-recolectores de Benzú
y su proyección como resultado de las organizaciones
sociales de los grupos.
Cuando se le pregunta a José Ramos por el hallazgo óseo, el
profesor de la Universidad de Cádiz se ríe. Los materiales
encontrados son muy similares a las producciones líticas que
se encuentran en el sur de Europa procedentes de poblaciones
de neandertales, también son anteriores. Un hueso podría
cambiar la teoría de la ruta seguida por los neandertales
para alcanzar Europa situando la puerta de entrada en el Sur
en vez del Este. Un reciente estudio de la Universidad de
Bristol fija que en el último periodo interglaciar (hace
entre 130.00 y 170.000 años) el norte de África era más
húmedo de lo que se pensaba y había más corredores verdes
que accedían a la costa que el valle del Nilo.
La principal dificultad del yacimiento es la dureza y la
complicación en el trabajo de unos sedimentos formados en
condiciones de frío y humedad. El equipo que trabaja en
Benzú ha tenido que idear nuevas herramientas y se utilizan
procedimientos poco habituales. Estas dificultades se
trasladan también al laboratorio en don se deben usar
microprensadores y utillaje específico especializado junto a
ácidos y cubetas de ultrasonidos.
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