El Delegado del Gobierno, José Fernández Chacón, visitó en
la mañana de ayer las instalaciones de la sinagoga hebrea
Bet-El cuyo presidente, José Bentolila, mostró e informó a
la autoridad sobre la historia y los libros que se
encuentran en el templo del edificio. Rollos de la Torá
presentados en forma de pergamino que recogen los escritos
de la Biblia.
Cumpliendo con la puntualidad prevista, el delegado del
Gobierno, José Fernández Chacón, se trasladó a las doce de
la mañana de ayer a la sinagoga hebrea Bet-El.
El presidente de la comunidad israelita, José Bentolila,
mostró al delegado las instalaciones e informó sobre los
libros y la historia que alberga el templo. Una visita
protocolaria que concluyó con la firma de Fernández Chacón
en el libro de personajes ilustres ubicado en el altar del
templo hebreo. Aunque el delegado no prestó declaraciones,
estuvo atento durante una hora aproximada que duró la cita
ya que los pergaminos de la Torá guardan más de 400 años de
historia, bastante protegida por las fundas de terciopelo
bordadas en hilos de oro que protegían los rollos. “Algunos
venían de Tetuán y otros son autóctonos. Se escriben con
plumilla y una tinta especial; son una reliquia y los
sacamos tres veces en semana para los oficios religiosos”,
explicó Bentolila. En cuanto a la lectura de la Biblia
hebrea, “es un arte porque cada palabra tiene un acento y
sólo la llevan a cabo especialistas”, concretó el presidente
de la comunidad hebrea. La sinagoga Bet-El se edificó en
1971 y concluyó su proceso de construcción en 1975. “Fue la
refundición de 3 ó 4 sinagogas y ha sido reformada en 2006.
Es el lugar de congregación para los oficios religiosos y
eventos festivos, culturales y sociales”, sintetizó Moisés
Gabizón, miembro de la junta directiva hebrea.
El edificio se distribuye en dos plantas, las cuales a su
vez tienen una parte de oratorio y el resto son salones para
otras artes.
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