Menos mal a que algún organismo
oficial o para oficial comienza a levantar la voz que los
particulares, por mucho que lo hagan no se dejan oír, frente
a las navieras, o, mejor dicho, frente a alguna de las
navieras que es la que más está sacando de la línea Ceuta-
Algeciras, y viceversa.
El tiempo que llevamos de otoño ha dado más que hablar que
algunos años enteros, y la guinda la puso el famoso viaje,
en el que los pasajeros tuvieron que soportar entre cuatro y
cinco horas, sin saber qué es lo que pasaba, a las misma
entrada del puerto de Algeciras, en plena bahía.
Oficialmente, es cierto, se dicen cosas, pero eso es un poco
hablar para marear la perdiz, porque los que soportaron
aquel “desagradable crucero” ( por lo de la cruz que les
cayó en el viaje) en plena Bahía de Algeciras, todavía no
han recibido ni la más mínima compensación, ni una sola
explicación de lo que había sucedido.
Aquello fue una auténtica vergüenza y una forma de humillar,
una más, a los viajeros que, desde Ceuta, tienen que hacer
la travesía por necesidad, o por placer, que también tienen
derecho a ello.
Por todo esto me alegro, cuando veo que el Consejo Económico
y Social elevará una queja ante el Defensor del Pueblo y
solicitará su intervención ante la problemática del servicio
de pasajeros y mercancías, en el Estrecho.
Esto está bien, junto a esta queja tendrían que ir otros
organismos más representativos de la Ciudad y, si fuera
posible, por vía de urgencia, porque estas buenas
intenciones del CES, ahora cuando no ha hecho más que
suceder esto, se irán aplacando, se llegarán a olvidar con
los próximos problemas y mientras tanto los papeles dormirán
“un sueño casi eterno” en algún despacho, mientras que los
que utilizamos el servicio marítimo del Estrecho volveremos
a tener problemas como el que tuvieron hace dos semanas
quienes viajaron en “el barco de marras”.
No me cabe la menor duda de que las reuniones de FPAV, el
CJCE, ACUTRANS y la Asociación de Colegios Profesionales
tienen la intención de, si no solucionar, sí, al menos,
atenuar estos problemas, que se vienen dando con más
frecuencia de la deseada, de mil formas y por mil
circunstancias.
Lo malo es que frente a estas buenas intenciones, frente a
este deseo de solucionar, o reducir los problemas, está la
desidia, o la falta de interés de otras partes, y lo que
sale triunfando es el silencio, o lo que es lo mismo, en vez
de dar una solución se da “una callada por respuesta”.
La comisión no quiere quedarse en mostrar sus buenas
intenciones, esta comisión especial podría recurrir a otras
soluciones que pondrían en marcha, si es que el paso del
DEFENSOR DEL PUEBLO no resultara positivo.
Aquí nos encontramos con que hay buenas intenciones, eso
nadie lo duda, pero la primera pregunta que se me viene a la
mente es esta ¿Tiene alguna fuerza real, de verdad, el CES
para poder lograr algo positivo en este tema de tanta
necesidad para Ceuta?. Es la pregunta en la que tenemos que
detenernos principalmente, y mucho me temo que en el próximo
problema, porque este no será el último, tendremos que
actuar, una vez más, de una forma similar a como se intenta
actuar ahora. Ya es lamentable que cada vez que sucede algo
así tengamos que decir:” más de lo mismo”.
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