Se había convertido en una
constante que todos los lunes nos reunamos un grupo de
amigos, ex compañeros de fútbol, en un restaurante y hablar
de nuestras cosas mientras cenamos. Aunque el restaurante
está muy lejos de obtener siquiera un cuarto de estrella
Michelin, sus platos no desmerecen absolutamente nada.
He iniciado el artículo con el verbo “se había” porque ahora
ya no seguiremos yendo al restaurante por la crisis que
afecta a casi todos los contertulios cenadores. A partir del
próximo lunes nos reuniremos en un bar, con una cervecita,
un bocata y gracias.
Estamos pensando celebrar un partido de fútbol entre
veteranos, pero veteranos de 55 años en adelante no vaya a
ser que entren “veteranos” de 36 años que nos manden a la
UCI antes de lo previsto, y luego disfrutar de una cena por
todo lo alto.
Ya que escribo sobre partidos de fútbol, cambio un poco y
escribo de partidos políticos porque no puedo estar sin
sacar fuera de mi mollera lo que mis células grises están
pidiendo a gritos.
Ya sabemos que cada partido político tira de la manta hacia
sí mismo, al objeto de que el pueblo, digo los ciudadanos
los voten aunque sea inmerecidamente.
El que empieza a descollar como un charlatán de feria
ofreciendo el oro y el moro al ciudadano que osa pasar
delante de sus narices es uno que solo tiene un diputado, en
este caso diputada, en el Congreso, la UPyD.
La existencia de éste partido tiene el símil de Judas
Iscariote en una de sus referencias, tal vez la más
importante y única. Que la única elección a diputada de ese
partido lo haya sido en la circunscripción de Madrid lo
explica claramente, porque si se presenta por su auténtica
circunscripción, la vasca, estaría pelando rosas en espera
de otra oportunidad… Madrid tiene muchos habitantes y
algunos pican.
La ex socialista representa a un partido sin poder efectivo,
aún dentro del Grupo Mixto, que utiliza formas de la
ultraderecha en sus intervenciones en los plenos o en las
reuniones de las comisiones, lo que no concuerda con lo de
unión ni con lo de progreso. Es simplemente el uso de unas
siglas para descargar su rabia contra su antiguo partido.
Nada más que eso.
Sale esta cuestión a la palestra por ciertas declaraciones
publicadas en la prensa del sur peninsular y extrapeninsular
de un miembro no electo del mencionado partido y que aparte
de incluir una mentira como una catedral no deja de ser
intentos de manipulación partidista desenfocados.
Nuestra sociedad, desde la reinstauración de la democracia,
siempre ha estado abierta al surgimiento de partidos
emergentes, NO por primera vez desde hace muchos años. De
hecho, cuando la Constitución empezó a andar… cientos de
partidos y partidillos se inscribieron (aún siguen
inscribiéndose) en el registro pertinente.
No voy a entrar con detalle en las divagaciones que hacen
sobre lo que son capaces de hacer, simplemente porque no
cuentan con el respaldo mayoritario de los ciudadanos y
además de que no es el único partido que pretende engatusar
con promesas y pretensiones que sabe muy bien no podrá hacer
efectivas.
Puede que en las próximas elecciones tengan o no más
diputados, pero esa es otra cuestión que no tiene nada que
ver con la rabiosa actualidad. Es del futuro incierto, por
lo que se sale de contexto pretender hacer campaña política
camuflada en cartas al director fuera de tiempo.
Lo que no se me escapa y lo que creo no se escapará a los
ciudadanos es ese intento de llamarnos analfabetos
democráticos a los españoles, aunque con otras palabras, al
indicar que en España es muy difícil la existencia de un
partido plenamente democrático… ¿está incitando al
anarquismo o al totalitarismo? ¿Entiende, de verdad, lo que
es democracia? El que ha escrito eso, miembro del Consejo
Político de UPyD, se traga por sí mismo todo su intento de
aparentar ser el más democrático de todos los partidos al
indicar que los mismos son puras máquinas electorales. ¿El
suyo no?, ya está presentándose con “maquillaje democrático”
fuera de tiempo y espacio.
|