Una vez más se demuestra que los
partidos de ámbito nacional no dan un paso en los pueblos,
ciudades y, a veces, autonomías sin el visto bueno de su
casa en “los madriles”.
Las cúpulas de los partidos son las que ordenan y,
naturalmente, también mandan en los asuntos de cierto
calado, aunque, a veces, son sólo los de los pueblos
correspondientes los que saben de qué se trata y por qué
caminos van los problemas que se intentan solucionar en los
ayuntamientos, día a día.
Y es que acabo de ver en la prensa local que desde Ferraz,
desde la sede central del PSOE, se ordena al Grupo
Parlamentario Socialista en la Asamblea de Ceuta que no
pongan el mínimo de dificultades para aprobar los
Presupuestos Generales de la Ciudad.
Ni que decir tiene que los componentes del Grupo Socialista
en la Asamblea, sabiendo que aunque no lo hagan, también se
aprobarían, dirán sí a estos presupuestos que serán los que
muevan los 18 kilómetros cuadrados de nuestros dominios para
el próximo año.
No son muchas las veces que hay un mandato de este tipo,
desde Ferraz o a la inversa, desde Génova, que tanto monta,
y lo más frecuente es que incluso sin posibilidades de sacar
nada en claro el que está en la oposición actúe como mosca
cojonera para crear un poco más de tensión y algún dolor de
cabeza.
Lo que ocurre, y todo hay que valorarlo, es que con los
chaparrones que se le vienen encima a Zapatero, por cuestión
de presupuestos especialmente, no están las cosas como para
desgastarse en unos presupuestos como los de Ceuta y,
además, sabiendo que su aprobación se dará, con o sin ellos.
A pesar de todo, me parece muy bien que desde el PSOE se
quiera arrimar el hombro, como todos los demás lo tenemos
que estar arrimando a ese “batiburrillo” que hay montado en
la economía del país, donde la palabra crisis, que tanto
trabajo costó pronunciar, es la más suave que podríamos
utilizar hoy ante la situación en la que nos han metido.
Como vulgarmente se dice, “aquí ni mentar la bicha”, porque
si nos paramos en menudencias y de ahí pasamos a otras cosas
que hay en las alturas, la ruleta se puede volver loca.
En el PP, en el local, y especialmente en el consejero de
Hacienda, ha caído bien esa predisposición del PSOE. Un
problema menos para Márquez, que sacará adelante esos
presupuestos, aunque dudo mucho que con el apoyo
incondicional de Mohamed alí y su grupo.
Las dos posturas me parecen coherentes, la de Inmaculada
Ramírez siguiendo las directrices marcadas desde Ferraz, y
la de Mohamed Alí que no tiene que seguir más que la línea
de su “leal saber y entender” a tono con lo que hay, a tono
con lo que él desearía que hubiera y a tono con lo que sus
votantes le piden que haga.
Y no debemos olvidar que si bien es cierto que el PSOE de
Ceuta se tiene que ir rehaciendo, de ese fondo que tocó en
los últimos años, y para rehacerse no se debe amparar en
trifulcas de ningún tipo, y menos frente al actual Gobierno
de la Ciudad, Mohamed Alí sabe que él no ha tocado techo,
todavía, y que en unas hipotéticas elecciones sin Juan Vivas
encabezando la candidatura del PP, él tendría opción a
muchas cosas, por lo que tiene que ir haciendo sus deberes
cada día, sin dejar la ocasión de que vean que él va en
serio.
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