El enlace de Sendy Nanwani Ramchand, hija del conocido
empresario melillense Ramesh, y de Jesús Bonilla, se ha
convertido en todo un acontecimiento en una ciudad como
Melilla en la que ambos no sólo han nacido, sino han
descubierto el amor que les ha unido para siempre. Ella
hindú y el católico, han querido que su enlace matrimonial
se hiciera a los ojos del Dios cristiano y a los de las
deidades hindúes. Por ese motivo ayer y ante decenas de
amigos y familiares, muchos llegados desde la India o
Londres, estos dos enamorados se dieron el sí quiero por
duplicado: primero en la bella Iglesia del Sagrado Corazón,
y después, por el rito hindú, en el Hotel Melilla Puerto. La
ceremonia cristiana, en la que ella no lució el típico
vestido blanco por ser un color considerado de luto en la
tradición hindú, sino un elegantísimo traje dorado, la
ofició el hasta ayer vicario episcopal, Manuel Jiménez.
Posteriormente, a las ocho de la tarde y en los salones del
Hotel Melilla Puerto, se desarrolló la ceremonia de unión
matrimonial por el rito hindú, una fórmula cuajada de
elementos simbólicos entre los que se encuentran el fuego
que purifica y representa el conocimiento; el arroz por su
pureza; el trigo como símbolo de prosperidad; el coco, que
representa la felicidad y el escudo frente a los factores
externos que quieran influir en la pareja; las flores que
representan la belleza y la prosperidad, y por último, el
aceite, como el que alimenta el fuego. Tras pedir a las
deidades su bendición a los contrayentes y para que nadie
les separe en el futuro, los padres de la novia, depositando
en las manos del novio agua del río Ganges, entregaron a su
hija a la otra familia, al tiempo que el futuro marido se
comprometía a cuidarla y amarla.
Acto seguido, para alejar las enfermedades del matrimonio y
para tener hijos sanos, se arrojó aceite al fuego para que
“el Dios del Fuego y del agua, de toda la felicidad.
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