Unos 1.750 turistas conocieron ayer la ciudad tras su
llegada en dos cruceros: el Thomson Destiny y el Ocean
Monarch que trajeron unos 1.450 británicos y 300 franceses
respectivamente. La Autoridad Portuaria hizo entrega a las
11.30 horas de una placa conmemorativa por la primera vista
al puerto al capitán del Ocean Monarch. Turismo puso dos
carpas con trípticos de información sobre la ciudad a
disposición de los visitantes y tres autobuses para que
acercaran al pasaje a las zonas céntricas de la ciudad. La
mayoría optó por pasear por los comercios y las tiendas y
conocer las vías principales.
Tras la última visita en domingo del Thomson Destiny,
abonado al puerto de Ceuta, la masiva llegada de turistas
fue mucho más visible y más satisfactoria para unos
comercios en plena actividad. Ayer desembarcaron 1.750
turistas provenientes de dos cruceros: el Ocean Monarch y el
habitual Thomson Destiny. Ambos cruceros podían contemplarse
desde el centro de la ciudad, anclados en las caras poniente
y levante del Muelle España. El Ocean Monarch dejó 300
visitantes, en su mayoría franceses, que arribaron a las
8.00 horas procedentes de Barcelona y partió a las 23.00
rumbo a Argel. La Autoridad Portuaria le regaló una placa
conmemorativa a las 11.30 horas con motivo de su primera
visita al puerto de Ceuta. El Thomson Destiny, por su parte,
alcanzó el puerto en su horario usual, a las 9.00 horas, con
1.450 turistas principalmente británicos que venían de hacer
escala en Casablanca.
Turismo dispuso dos carpas donde dos azafatas ofrecían los
trípticos informativos editados por la Ciudad, como viene
haciendo en todas las visitas de cruceros. También tres
pequeños autobuses hicieron constantes trayectos entre el
Poblado Marinero y el desembarque de ambos buques. Viajes
Flandria, en conformidad con las compañías de cruceros,
ofreció una ruta guiada por Marruecos: “Muy pocos han
decidido ir y la mayoría ha preferido conocer la ciudad”
aseguró el gerente de Servicios Turísticos, Aquiles Ruiz.
La actividad en el centro de la ciudad bullía con la
presencia de los foráneos. La mayoría decidió desperdigarse
hacia las calles principales y revolotear por las zonas
comerciales: “Encantadora”-dijo un matrimonio de edad
avanzada-”una ciudad muy tranquila, a pesar del tráfico”.
“Limpia y bonita” señaló una mujer que dejaba colgar unas
botas compradas en un conocido establecimiento local. Por la
tarde, muchos se aventuraron por las partes de la Ciudad no
tan turísticas (outside intuyó un hombre que rondaba la
cincuentena) o pisaron las playas dando un cinematográfico
paseo otoñal.
Estos no serán los últimos cruceros que lleguen a Ceuta. La
temporada dura unos nueve meses y aún quedan buques por
llegar. Recientemente la Autoridad Portuaria indicó que el
tráfico crucerístico se había doblado en un año con un total
de 25 escalas y 13.500 pasajeros.
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Dos cervezas: dieciséis euros
Después de que los anglosajones
hayan descubierto recientemente la pieza clave del
capitalismo neoliberal: estatalizar bancos, Ceuta recibe
periódicamente nuevas bendiciones del mundo del Atlántico
Norte en forma de libras y dólares. A lo Mister Marshall
pero sin alcalde y cura. Ayer un matrimonio de un pueblecito
inglés cercano a Liverpool fue a una de las cafeterías de
una plaza céntrica de la ciudad para descansar en su camino
y tomar una cerveza. Dieciséis euros. Dos cervezas:
dieciséis euros, les dijo el camarero a lo zoco árabe pero
sin la benevolencia del regateo. La pareja definió la ciudad
como limpia, coqueta y bella; un descubrimiento inesperado
en una escala desconocida. Pero el escozor les llevó a hacer
constar el hecho en el diario de a bordo. Ahora que nos
hemos redescubierto como europeos y hemos dejado la esencia
de Unamuno para la fiesta nacional y nos hemos olvidado del
cura y del alcalde podríamos intuir que dos cervezas por
dieciséis euros no es política duradera. Mister Marshall
pasó de largo, por muy bien que cantara Lolita Sevilla.
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