He salido de una reunión de “alto
nivel” del mundo del deporte, deporte no formado por
millonarios, en la que se han debatido la reforma de no
pocos documentos estatutarios de los organismos
concurrentes.
Hemos estado volcados con un artículo, el 44, que para
algunos es demasiado duro y para otros demasiado dadivoso.
Para mí es un artículo engorroso porque trata del público
asistente como espectador. Lo he dejado correr de mi
mollera.
Al finalizar hemos salido a cenar, me acompaña un gironés
que ha estado en Ceuta, haciendo la “mili” en no recuerda
qué cuartel porque para él, Ceuta es todo el cuartel.
Le he comentado, ya que hablábamos de estatutos y artículos,
que Andalucía ayudará a Ceuta en muchas cosas a través del
artículo 228 de su Estatuto de Autonomía. No le extrañó… mi
acompañante creía aún que Ceuta es de la provincia de Cádiz,
el pobre.
Bien está lo que bien se hace y si lo hacen los socialistas,
mejor.
El mencionado artículo 228, que tiene el título de
“Relaciones con Ceuta y Melilla” no es muy profuso en
aclarar los temas concretos por el que se desarrolla, por
cuanto su redactado “La Comunidad Autónoma de Andalucía
mantendrá unas especiales relaciones de colaboración,
cooperación y asistencia con las Ciudades Autónomas de Ceuta
y Melilla.” no contiene más frases y puede ser interpretado
en sentido muy abierto, tal como lo ha hecho el segundo de a
bordo ceutí, perdón, el vicepresidente de la Ciudad Autónoma
de Ceuta, aunque al parecer exagera por cuanto no hay más
frases al decir “… en una de sus frases…”.
Desde luego que tiene razón al manifestar que nuestra ciudad
poco puede aportar, en comparación con aquellos tiempos en
que aportábamos paraguas y relojes a mansalva, y las
prestaciones y ofrecimientos de la administración andaluza
son primores.
Lo que me extraña es que hubieran sacado, los políticos
ceutíes que no los andaluces, los temas de los menores
inmigrantes y el del “campus”, sabiendo como saben que esos
son temas incompatibles con las Comunidades Autónomas. Ni
siquiera tenían que haber declarado que continúan sin
solucionarse. Son temas competentes del Gobierno nacional y
de nadie más.
Ya sabemos que estamos en crisis, además Andalucía no es el
País Vasco, donde cada año el superávit no baja de 3.000
millones de euros, y si en esta ocasión se ha mostrado
generosa, esto debe tenerse en cuenta como una cosa anómala
que puede muy bien no repetirse.
De ahí que ya me suene estrafalario que los políticos
ceutíes pidan ahora para puertas califales, murallas,
estaciones, etc. cuando los acuerdos aprobados dejan
pequeñas las ayudas de Catalunya a Extremadura, por poner un
ejemplo.
Cuando menos veo un poco raro que hagamos el ofrecimiento de
crear una plataforma para asesorar a los empresarios
andaluces en la inversión en Marruecos… ¿Ceuta no pinta
nada? ¿No se puede invertir en la Ciudad? ¿Al fin reconoce
Marruecos que Ceuta es española?, bueno, no quiero ser ni
sentirme aguafiestas pero…
Hay un punto oscuro en las declaraciones institucionales
sobre la aprobación o no de esos acuerdos en el Parlamento
andaluz. En ninguna parte del Estatuto andaluz indica que la
Junta tiene potestad para aprobar por sí mismos esos
acuerdos extraparlamentarios… creo que tiene potestad para
plantear esos acuerdos pero no ejecutarlos. Antes de
ponerlos en marcha han de contar con la aprobación del
Parlamento andaluz, sea a través de la discusión sobre los
Presupuestos y su posterior aprobación o, en casos
especiales, en Plenos del Congreso. Así funciona la
democracia. ¿Qué no?, entonces si yo fuera el presidente de
la Junta tendría la potestad de conceder una subvención a mi
esposa para que monte una empresa de suministro de
“volaores” y demás derivados… dentro de las competencias que
me otorgan, supuestamente, el artículo 228.
En fin, como ceutí me alegro un montón de esas ayudas… pero
con un poquito de por favor no exageremos, en su concepción
más genuina, de vivir de subvenciones.
|