El PSOE “quiere arrimar el hombro”
frente a la crisis económica y financiera, por lo que el
Consejo Territorial del Partido Socialista ha decidido
facilitar la aprobación de los presupuestos regionales y
locales para 2009 en todas las autonomías y ayuntamientos de
España “sin condiciones”. Quien así habla es José Luis
Rodríguez Zapatero, que ya ha anunciado que su partido
pactará “en su integridad” aquellos presupuestos que
coincidan con sus objetivos, pero añadió que “en todo caso”
facilitarán -los socialistas- su aprobación para “no
paralizar por intereses partidistas nada en este país”.
De este modo, sobre un plenario de 25 miembros en la
Asamblea de la Ciudad Autónoma de Ceuta al menos ya se
cuenta con el respaldo de 21 escaños [los 19 del PP más los
2 que aporta el PSOE apelando a la ‘responsabilidad’]. Falta
por conocer el resultado del análisis que de los
presupuestos generales de la Ciudad realice la formación que
lidera Mohamed Ali quien ya ha anunciado que actúan siempre
desde la “coherencia” ante el bien general para apoyar las
cuentas públicas presentadas por el Ejecutivo.
Al César lo que es del César, bien es cierto que en este
ejercicio que finaliza, UDCE-IU apoyó el programa
presupuestario del gobierno local y ahora intentará, eso han
dicho, que las nuevas cuentas se acerquen a los objetivos
sociales que solicitan. En cualquier caso, la
responsabilidad para respaldar, previos acuerdos de
consenso, las propuestas económicas de quien tiene el
derecho y el deber de tomar la iniciativa porque así se lo
han mandatado los ciudadanos libremente en las urnas,
debería ser una característica inherente a la condición
política y no una propuesta sobrevenida por los malos
momentos que nos confieren una crisis galopante de difusa
salida. Bueno es que se tomen iniciativas de consenso y de
respaldo, pero moralmente sería reprobable que éstas se
debieran al interés de dejar en fuera de juego a otras
formaciones que ya se han posicionado contra las cuentas
estatales, en un claro flirteo con la imagen y el marketing.
Como esto último no sería ni esperado ni entendible, bien va
esa dosis de aportación de consenso “sin condiciones”.
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