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sociedad - LUNES, 20 DE OCTUBRE DE 2008


emilio jalil abumalham. a. samiñán.

emilio jalil abumalham
 

«El juego político es destructivo y se está cargando el sistema judicial»

Emilio Jalil Abumalham ha ejercido como abogado en Ceuta desde 1973 y describe, con una visión muy crítica, el terreno de las leyes desde el marco político que delimita en la actualidad a la justicia
 

CEUTA
Cristina Marzán

ceuta
@elpueblodeceuta.com

En 1973 Emilio Jalil Abumalham inició su carrera de abogado en Ceuta. Ha tratado hasta la fecha más de 20.000 casos con todo tipo de delitos y considera que las leyes no han variado excesivamente en el ámbito civil aunque en el penal cree que la justicia, en pleno siglo XXI, favorece a los criminales. Pese a su larga trayectoria profesional y la pasión que siente hacia ella no puede evitar la visión crítica del entramado judicial ya que, en su opinión, está smetido al pode político, no como entonces, en otra época, cuando era independiente. Jalil reprocha a los partidos políticos las modificaciones legislativas, usadas en propio beneficio para adquirir votantes y afiliados según suban al trono del poder.

Pregunta.- ¿Cuántos años lleva de profesión como abogado en Ceuta?

Respuesta.- Desde 1973, bastantes años. Y espero que dure, que sean muchísimos años más. Me apasiona mi trabajo aunque en realidad todo me gusta, como a los españoles. El dinero, el vino y las mujeres. Aparte de mi trabajo como abogado fui también profesor, catedrático, tengo el primer año de medicina hecho.

P.- Cuando comenzó su profesión en Ceuta, allá por los años setenta, ¿cómo funcionaban las leyes y la justicia?

R.- Estuvimos ejerciendo de verdad unos seis abogados y muchas veces, de los seis, faltaban dos o tres. El trabajo era distinto, con tan sólo cuatro abogados; había poca cosa de trabajo y cerraba el curso judicial con sesenta sumarios, que ya era una gran cosa. Sin embargo, había escasez de todo, siempre nos limitábamos a nuestro trabajo y existían menos conflictos que hoy.

P.- ¿Qué casos o conflictos se daban antes y ahora no, o viceversa?

R.- Se daban los mismos casos y delitos que hoy pero no con tanta abundancia. Contrabando, robo, asesinato frustrado, pero no como ahora. Y la justicia no era lenta porque había poca cosa. Lentitud parcial porque sólo había dos juicios, nada más.

P.- ¿En cuántos casos ha podido trabajar en estos años?

R.- Desde 1973 hasta la fecha he podido corregir más de 20.000 casos, sin exagerar. Me encanta el penal, el civil también porque me gusta todo. El penal lo veo más para mí quizás porque ahora soy un poquito más estricto. Siempre voy por la boca de mi cliente para poder ayudarle y salvarle pero no forrarme de mentira a su manera. Nunca me sometí ni a la ganancia ni a la volutad del dinero ni he tenido un pinche para traerme clientela. Hasta la fecha nunca admití invitaciones, ni regalos, ni café, que es mi orgullo.

P.- De todos los casos en los que ha trabajado hasta le fecha de hoy, ¿recuerda alguno en el que haya tenido a un defendido, que es culpable, y haya intercedido su moral?

R.- En estos casos el culpable es como un enfermo que va al médico. Si no te confiesa, lo sacas tu mismo. Pero casos agudos, he tenido bastantes pleitos. Recuerdo uno de robar. El chaval venía de una familia de dinero porque el padre era multimillonario. Entró en un bar y atacó a una señora con un cuchillazo. Por poco muere. La policía lo cogió y en el juicio le pidieron diez años de prisión, no como ahora. Le atendí y para poder salir absuelto le expliqué que debía hacerse el loco y aguantó tres años. Lo mandaron al centro psiquiátrico, comía en el suelo y, tal y como entraba en el juicio, reía y hablaba solo. Se sentaba de espaldas a los jueces y como era un loco le absolvieron por tratarse de un enfermo. Todo el mundo me decía, ahí está el loco tuyo.

P.- En cuanto al terreno de las leyes, ¿cuales crees que son los avances o retrocesos más destacados desde que empezó hasta la fecha?

R.- En el ámbito civil hubo muchos cambios bastante buenos y favorables en cuanto a celebración de las vistas, organización de las pruebas pero lo esencial no ha cambiado. El ámbito penal es un abanico muy abierto y de varios colores porque cada día cambian las cosas. Más conflictos y cambios de artículos con las penas. A veces los consideramos adecuados pero otras no. Lo que sí es cierto es las leyes penales ahora favorecen a los criminales porque, pese a que son criminales, hay muchos que entran por estar borracho, están enfermos, son drogadictos y al final se les absuelve, sobretodo a los extranjeros que se esconden en los coches para acceder a la península.

P.- ¿Qué papel juega la conciencia en esos casos cuando defiende a un culpable grave?

R.- El daño ya está causado y procuro favorecer, atenuar un poco la pena. Muchas veces entro por los juzgados y me acompaña la suerte y mi cliente sale absuelto. Pero yo sé donde radica la verdad y que él, es el culpable. Pero debo entrar a no aumentar el daño y expongo todo tipo de pruebas habidas y por haber para que ellas determinen la partida. Y ahí se juega la papeleta.

P.- ¿Algún ejemplo rememorable?

R.- Una vez me tocó defender a un miembro de ETA, era un criminal, todo el mundo lo sabía. Lo conocí en la cárcel, pesaba 70 kilos y medía un metro ochenta. Y cuando celebramos el juicio pesaba 110 kilos; lo trataron demasiado bien. De entrada el fiscal dio por reducida su pena. Por otro lado, cuando me tocó a mi le pedí seis años de prisión porque era un loco consciente diagnosticado. Y como el fiscal se quedó corto le pedí 20 años, y me dijo: cómo usted que es su abogado...Y le contesté que según mi criterio de abogado era un criminal, con todo mi corazón, por tantas personas huérfanas que había dejado en la calle. Cómo voy a pedir libertad o atenuar; me revelo porque un señor que entra y coge una pistola, no debería tener defensa. Y encima, las penas que imponen, de las que me río cuando después cogen a uno con hachís y deben cumplir a raja tabla tres años de prisión.

P.- ¿Cual cree que es la causa o el motivo del mal funcionamiento del código penal?

R.- La papeleta política. El juego político es destructivo y se está cargando el sistema judicial.

P.- ¿Antes la política no entraba en el entramado judicial, era un poder independiente?

R.- No, que va. El ámbito judicial es bastante sano pero está sometido. Pregunto, por ejemplo, las leyes de adopción en las parejas de un mismo sexo han aparecido cuando se han aprobado, políticamente, los matrimonios entre gays y lesbianas. Y lo hacen todo para ganar votos sembrando semillas que vamos a pagar muy caras. Y además han pasado incluso por la iglesia.

P.- Entonces, ¿preferiría trabajar en el entorno de antes?

R.- La ley es gordita pero han abierto brechas. La ley es un abrigo, un tejido, y no tenían porqué abrir una brecha que puede ser perjudicial y que es para favorecer la postura política. La ley no se aplica en todos sus extremos porque continuamente se cambian los artículos; los preceptos, van cambiando y añadiendo para favorecer los diferentes partidos que suben al poder, con lo cual es un juego político destructivo.
 

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