LUNES. 13
Es festivo y en la ciudad reina una calma chicha que termina
convirtiéndose en aburrimiento. Menos mal que la televisión
pública nos ha prometido que veremos el partido entre el
Cádiz y la Asociación Deportiva Ceuta. Encuentro que promete
ser muy interesante, debido a que entre ambos equipos las
diferencias existentes son más bien motivadas por el
historial, pero nunca por el potencial que ambos conjuntos
tienen en la actualidad. Desde el comienzo del partido, y a
pesar de las dificultades de visión que presenta la pequeña
pantalla, observo que nuestro equipo está naufragando por la
banda izquierda. En ella Pepe Martínez, magnífico
lateral, está siendo desbordado continuamente por Enrique
y Cristian. Extremo y defensa de los locales que han
abierto una brecha en la zaga caballa. Por esa banda, la
derecha de los gaditanos y la izquierda de los visitantes,
se va fraguando el triunfo abultado de los amarillos. Ante
la miopía de quien debió darse cuenta a tiempo de que por
esa zona podrían llegar los goles en contra. La Asociación
Deportiva Ceuta cuenta con una buena plantilla. Pero debe
creer en sus posibilidades. Y, desde luego, conviene cuanto
antes que Lledó, estupendo guardameta, vuelva a
hacerse fuerte en el área chica.
MARTES. 14
El Gobierno local entrega la medalla de oro a la Guardia
Civil. Lo cual va acompañado del descubrimiento de una
estatua dedicada a la Benemérita. Una institución que ha
sabido adaptarse a los tiempos que corren y que está dando
pruebas manifiestas de ello. En el Hotel Parador La Muralla
estoy cuando van llegando los invitados a esa copa de vino
español que suele darse en tales acontecimientos. Algunos
políticos que me divisan no tienen el menor inconveniente en
formar corrillo conmigo. Lo cual propicia una conversación
desenfadada pero no falta de sustancia. Inmaculada
Ramírez, con tantos deseos de aprender como de mostrarse
cual es, forma parte de ese grupo que cuenta con la
presencia de José Antonio Rodríguez, José Luis Morales,
Manolo González Bolorino y José Manuel Domínguez.
De pronto aparece Fernando Jover, acompañado por
Covadonga Rodrigo San Juan, vicerrectora de Tecnologías
Aplicadas de la UNED. Y, como no podía ser de otra manera,
terminamos los tres comiendo y disfrutando de la
conversación. Covadonga es una mujer con mucho garabato.
MIÉRCOLES. 15
Ayer se me olvidó hablar de Pepe Torrado cuando él
también se sumó al corro improvisado que se formó en la
barra de la cafetería del Parador Hotel La Muralla, mientras
las autoridades civiles y militares degustaban una copa de
vino español en la terraza situada en los jardines del
establecimiento. Lo cual considero un desliz injusto por mi
parte. Pepe Torrado podrá tener muchos defectos de humano,
como todos, pero entre sus virtudes destaca sobremanera la
buena educación. Y, desde luego, algún día habrá que
reconocerle los méritos obtenidos para permanecer tantos
años como presidente de la Autoridad Portuaria. Con Pepe
llevo yo manteniendo muy buenas relaciones desde hace ya un
montón de años. Lo cual no ha sido óbice para que, en algún
que otro momento, nos hayamos mostrado nuestra
disconformidad en según qué actuaciones de cada cual. Por lo
tanto, quede claro que si su nombre no salió a relucir, en
negrita, en la columna del jueves pasado, se debió a que se
me fue la olla. Ya he dicho, en repetidas ocasiones, que yo
no suelo tomar apuntes de lo que veo, confiado aún en mi
excelente memoria; pero ésta me suele jugar a veces malas
pasadas.
JUEVES. 16
Antonio García Gaona me ve en el interior de un
comercio y se adentra en él para saludarme y de paso decirme
que le gustaría mucho sentarse conmigo a charlar de lo que
creamos conveniente. Antonio sabe que me cae la mar de bien
desde que nos conocimos. Y de ello hace la tira de años. Por
tal motivo, se puede permitir el lujo de solicitar mi
presencia junto a él. De la misma manera que yo nunca he
dudado a la hora de hablarle tan claro como escribirle de la
misma manera. García Gaona quiere ser presidente de la
Federación de Fútbol de Ceuta. Y está buscando los apoyos
necesarios para serlo. Durante los minutos que estuvimos
conversando, le dije que me parecía estupendo el detalle
tenido con Antonio Tirado, el gran ‘Antonati’, a
quien se le debería dedicar un monumento; sí, ninguno más
merecido por su enorme labor a favor de los niños. Habría
que ver la cantidad de chavales que no se han descarriados
gracias a la conquista futbolística, que de ellos fue
haciendo el señor Tirado. Pero también le recordé que en su
federación, la que él está dispuesto a presidir, no debería
tener cabida ningún energúmeno. Y García Gaona, que sabía de
qué le estaba hablando, me reconoció, por haber sido testigo
de un hecho lamentable, que esa persona perdía los papeles
de manera absurda y por cualquier nimiedad. Pero a pesar de
reconocerlo, lo ha enchufado en su equipo. Hablaré con
Antonio cuando lo desee. Aunque no entenderé jamás que se
rodee de individuos que siguen pensando que los foráneos
debemos vivir en Ceuta con el correspondiente salvoconducto.
Ahora, que arriero somos...
VIERNES. 17
A Miguel Fábrega, quien fuera Director del Área de
Menores de la Ciudad Autónoma de Ceuta, me lo encuentro en
muchas ocasiones y cuando llega la hora de nombrarlo en
negrita, resulta que se me olvida su nombre y me privo de
hablar de él. Es un caso similar al de Torrado. Hoy,
en cuanto me lo he echado a la cara, le he pedido las
disculpas correspondientes. A cambio de ese detalle, él me
ha regalado el oído: “Manolo, te leo todos los días y
cada vez disfruto más...”. Pues bien, aunque ustedes no lo
crean, la memoria volvió a fallarme a la hora de escribir
acerca de él. Menos mal que Miguel me dio una pista para
cuando ello me ocurriera: “Acuérdate del nombre de un
jugador español internacional y que está en el Arsenal”.
Fábrega, con quien no he tenido nunca la oportunidad de
conversar con tiempo y paciencia, me parece persona que sabe
oír. Es lo que he podido deducir cuando hemos coincidido en
algunas cuchipandas. Pocas, la verdad sea dicha. En fin, que
a partir de ahora a ver si se presentan ocasiones para poder
pegar la hebra con él. Que es lo menos que se puede hacer
con quienes se me declaran lectores del ‘Oasis’.
SÁBADO. 18
Son las siete y media de la mañana. El cielo es hoy gris de
panza de burro. Y yo me encuentro adecentando a mi perro,
‘Oasis’, cuando aparece Alfonso Conejo que camina
hacia el hotel Tryp donde se va a celebrar el Congreso del
Partido Popular. Alfonso me dice que me ha estado leyendo
desde La Patagonia. ¡Qué alegría! Y tras hablar lo justo de
los enormes adelantos técnicos que existen, inconcebibles
hace apenas nada, charlamos unos minutos sobre cuestiones
relativas a la vida política ceutí. En la cual abundan las
envidias, las rencillas, las zancadillas, y la pérdida en
bastantes ocasiones de la razón. Y todo porque algunos
individuos llegan a creerse seres especiales y con derecho a
declarar como bueno cuanto le sea a ellos de utilidad. Sin
darse cuenta de que en un tris pueden verse acusados por
cualquier negligencia, de las mucha que cometen, y pasar a
engrosar la lista de los apestados. De esos que, otrora,
lucían capirote y eran expuestos en plaza pública para
servir de mofa a los ciudadanos. Cuidado con la soberbia...
Que escupir para arriba tiene su peligro.
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