Angel Javier Díez Nieto,
viceconsejero de Recursos Humanos, comenzó su tarea sin
levantar recelos entre los sindicatos. Incluso es justo
decir que cayó bien su designación. Por ser persona muy
preparada, educada, dialogante... Y que no necesita de la
política para medrar.
Pero a medida que ha ido transcurriendo el tiempo ha pasado
a ser el político más criticado.
La historia que van contando algunos sindicalistas es
merecedora de ser oída; pero también ellos me han tenido que
prestar la debida atención cuando yo les he respondido que
por qué no pusieron el grito en el cielo el día que
Aróstegui se jactó en una reunión de haber colocado en
la Casa Grande a mucha gente a dedo y por fax.
Los sindicalistas respondieron que ellos suelen avergonzarse
de las ovejas negras que hay en todos los sindicatos.
Sinvergüenzas que existen en todas partes. Y dicho ello, me
contaron, el jueves pasado y recién salidos pitando del
examen celebrado para cubrir nuevas plazas como agente de la
Policía Local, que otra vez había habido truco para
favorecer al clientelismo del PP y que tiene en el
vicepresidente de la Ciudad su máximo valedor.
El truco había consistido en que la caja que contenía los
cuadernillos del examen con las pruebas psicotécnicas, llegó
abierta y no sellada y lacrada como lo determina el
procedimiento, por lo que, presuntamente, puede haber
servido para favorecer a amigos y familiares de los
gobernantes populares. Y basándose en ello, los
sindicalistas vieron la oportunidad de presentar una
denuncia en la Fiscalía, sobre la supuesta irregularidad.
Me supo mal conocer lo que piensan los sindicalistas de Díez
Nieto. Porque a mí me parece que es uno de los políticos más
fiables del actual PP. Y lo llamé para comunicarle que su
imagen estaba siendo deteriorada porque se le achaca estar
sometido a la voluntad de Gordillo. Y el viceconsejero de
Recursos Humanos, con la tranquilidad que le caracteriza, me
explicó detalladamente todo lo que había sucedido en el
examen celebrado en las dependencias de la UNED.
Y en vista de que su versión es la misma que ha salido ayer
en todos los medios, me limitaré a decirles que mi pregunta
a Díez Nieto fue si acaso los psicólogos, sobre los que han
recaído todas las responsabilidades, estaban facultados para
recibir las pruebas de los exámenes y abrir la caja donde
venían, procedentes de la ciudad donde reside la empresa a
la cual se le había encargado su confección. Y, cuando me
contestó que sí, volví a la carga:
-¿Por qué tenemos que fiarnos de los psicólogos...?
Y Díez Nieto se refirió a ellos como profesionales sin
tacha. Máxime cuando uno de ellos es el decano del colegio
de psicólogos. En rigor, a mí las actuaciones del consejero
de Recursos Humanos me ofrecen confianza. Lo malo del asunto
es que ahora serán los psicólogos los que se vean obligados
a defender su honorabilidad. Al mismo tiempo que Gordillo
será reelegido presidente del PP, ante la mirada penetrante
de la atractiva De Cospedal. Enhorabuena.
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