Tras el verano, los menores con asma pasan de un clima
cálido y estable a los primeros fríos del otoño. Se exponen
de nuevo a infecciones virales respiratorias, sobre todo por
rinovirus, que desencadenan ataques de asma. De hecho, el
resfriado común se asocia hasta con un 80% de las
reagudizaciones asmáticas en niños, según la doctora María
Luz García, neumopediatra del Hospital Severo Ochoa de
Leganés.
La doctora explica también que "generalmente la crisis
asmática suele estar precedida por síntomas respiratorios de
vías altas, como rinitis y tos, y posteriormente aparece
dificultad respiratoria de mayor o menor intensidad
acompañada de silbidos audibles en la auscultación
pulmonar".
Los síntomas de la reagudización son, por tanto, pitos al
respirar, tos, falta de aire, despertares nocturnos y
dificultad para respirar. Y afectan inicialmente a los niños
en edad escolar, por convivir de manera intensiva tras el
verano en ambientes cerrados con otros compañeros donde es
propicio el contagio, trasmitiendo luego los patógenos que
causan las exacerbaciones asmáticas a los miembros de mayor
y menor edad de la familia. Otro factor que agudiza la
existencia de la epidemia otoñal en niños con asma es el
abandono del tratamiento que controla el asma en los meses
anteriores a la vuelta al colegio.
|