Varios días después de que surgiera la polémica sobre el
campo de golf y los supuestos problemas de seguridad que
podría entrañar por la cercanía de los lagos a la cabecera
de la pista, el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José
Imbroda, salió ayer públicamente para dar una “tranquilidad
absoluta” a la población sobre la seguridad aérea de las
conexiones que unen Melilla con la Península.Imbroda
insistió en que la cercanía del campo de golf al aeropuerto
de Melilla no entraña ningún peligro para los aviones en las
maniobras de aterrizaje y despegue, ya que “cuenta con todas
las bendiciones del mundo”. Además, Imbroda aseguró que las
trabas que se habían puesto desde AENA se han solucionado
ya, puesto que la intención de la Ciudad Autónoma es la de
“colaborar”. De hecho, el mandatario local afirmó que ya ha
dado instrucciones a su Gobierno en ese sentido y “ya hemos
hecho más de lo que nos han pedido”.
El presidente melillense hizo un repaso de los pasos que ha
dado el campo de golf desde que se presentó el proyecto en
la Delegación del Gobierno hace tres años hasta ahora. Así,
recordó que hace un año, AENA visitó las instalaciones y
aseguró que se cumplían “todas las servidumbres
aeroportuarias”, excepto unas palmeras de grandes
dimensiones que había en la zona, que la Ciudad Autónoma
retiró inmediatamente. Posteriormente, Aviación Civil
remitió tres informes sobre el campo de golf, de los cuales
dos eran favorables y uno “ponía pegas”, debido a la altura
de una de las lomas.
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