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OPINIÓN - JUEVES, 16 DE OCTUBRE DE 2008

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Palabras de políticos
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

O lo que es lo mismo, hablar para no decir nada, o para decir lo contrario, o así, de una frase a la otra.

Así es como entiendo las manifestaciones del parlamentario De la Encina, que dicho sea antes de nada, siempre ha dado muestras de cordura y de sensatez. Sin embargo al enjuiciar ese “famoso y fatídico” viaje, del pasado viernes, parece que quiere decir una cosa y, al final, no dice eso, tampoco dice lo contrario y nos quedamos con las ganas de saber qué quería decir o dirigido hacia qué parte iba.

El parlamentario ceutí, pero electo por la provincia de Cádiz al Congreso de los Diputados, hizo una valoración de la travesía del viernes y la tildó de “horrible” para casi mil viajeros de Ceuta, o que , al menos, habían partido de Ceuta.

Tanto el señor De la Encina como yo podemos hablar de esa travesía por lo que nos ha llegado de diversas personas que estuvieron en ella, o por sus familiares o amigos. Por experiencia propia no podemos hablar, al no haber ido – afortunadamente- en ese viaje.

Y a partir de aquí viene lo que él, posiblemente hubiera querido decir, pero se quedó a medio camino:” En situaciones tan desfavorables, lo primero es la seguridad del pasaje y si es preciso que los barcos no naveguen”.

Apreciación atinadísima del señor Diputado por Cádiz, pero el caso es que el barco navegó, salió de Ceuta, atravesó el estrecho y al llegar a la bahía de Algeciras el puerto estaba cerrado, luego ¿Hubo o no descoordinación entre Ceuta y Algeciras?.

Si hubiera habido coordinación se habría dado una de estas dos circunstancias, a) que el barco no hubiera salido de Ceuta y b) que al haber salido, hubiera tenido todo dispuesto en Algeciras para poder atracar, de la forma más “cómoda” posible para el pasaje, en vez de haber tenido que estar las horas que estuvieron allí en el barco y con las tensiones que eso originó.

No me cabe duda de que el señor diputado ha soportado, como si fuera cosa propia, lo que pasaron los viajeros, pero él debe saber y a buen seguro que tratará – si puede- que eso no se vuelva a dar, al menos, a corto plazo.

Él, que al igual que yo, habrá tenido que cruzar el Estrecho muchas veces, con buen tino dice:” Todos comprendemos el deseo de los ceutíes que estaban esperando viajar a la península para hacerlo, pero en situaciones como esta llega un momento en el que lo mejor es explicar a la ciudadanía que lo más oportuno es que el barco no navegue”. Todos esos consejos se agradecen, señor De la Encina, pero aquí nadie aconsejó, ni dijo nada, aquí estaba el barco y cuando se llenó, emprendió el viaje, con lo necesario para viajar un día normal, pero carente de muchas cosas que pueden necesitarse en circunstancias como las del pasado viernes: agua, bocadillos ... . El barco, pues, salió y al llegar a Algeciras el puerto estaba cerrado. Descoordinación total entre una y otra parte del Estrecho.

Y no entramos, porque no somos expertos en ello, en “si las capitanías marítimas tienen atribuidas las funciones de cerrar el puerto cuando circunstancias de seguridad marítima así lo aconsejen”. Ahí no entramos. No tenemos que objetar nada a quien ordenó cerrar el puerto, pero si objetamos todo a no haber habido una coordinación para que en esas circunstancias el barco, con unos mil pasajeros, no hubiera salido de Ceuta. Lo dicho, dicho está.
 

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