A la una y media de la tarde de ayer se abrían las puertas
del recoleto local del Club de Pensionistas Divina
Providencia, en el Barrio de Cabrerizas, para permitir la
entrada de los más de 150 asociados que acudieron a festejar
el 46 aniversario de la fundación de la entidad que, desde
hace quince años, preside Rafael Ballesteros. En su
intervención, Ballesteros recordó la historia del Club y
cómo se inscribió en el registro oficial en el año 1962 bajo
el nombre de Club de Ancianos y Pensionistas, denominación
que pasó a ser la de Club de Pensionistas y Jubilados a
partir del año 2002. Pero el Club ha mantenido desde el
principio su razón de ser, la de ayudar a las personas que
más lo necesitan. "Somos un lugar de reunión para personas
mayores, que acuden a pasárselo bien, pero además les
ayudamos a solucionar cuantos problemas tienen, desde
arreglarle los papeles a una viuda para que pueda cobrar una
pensión a ayudar a rellenar solicitudes de viviendas.
Hacemos cuanto está en nuestras manos", aseguró.
Acto seguido, Rafael Ballesteros procedió a la entrega de
placas a los dos socios homenajeados este año: Dolores
Martínez, con más de veinte años asociada, y Mohamed Hamed,
miembro de la directiva del centro y un auténtico manitas.
Tras la entrega de las placas a los agradecidos y
emocionados invitados de honor de la jornada, se inició el
almuerzo. El menú constaba de entrantes ibéricos, y como
segundo plato, lomo de cerdo con salsa de champiñones o
pescado al horno con guarnición.
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