Como la del ciprés, sombría; al
igual que la del Tabligh… El otro día, de exploración por la
novia de la Yebala, logré localizar en un barrio próximo a
la avenida de las FAR (Fuerzas Armadas Reales) una de las
dos “Casas del Corán y de la Sunna” (la otra fue cerrada)
gestionada por la oscurantista asociación de Mohamed Al
Maghraoui, a quien días pasados glosé en esta columna con un
elocuente titular: “El imám de la pedofilia”. Repásenla
ustedes, si mal no recuerdo fue publicada el día 7 de este
mes. También llamé la atención sobre el personaje y su
desquiciada “fatwa” en mi sección “El Rincón del Gauri”,
editada por el semanario “La Chronique de Tánger” los
sábados. En lo que a mí respecta, este individuo y los que
le alientan no van a irse de rositas.
Porque esa es otra. No hablo ya de Marruecos, sino de
España. Soy un individuo, en lo personal y en lo público,
claro y directo; por ello no entiendo la falta de reflejos
del mundillo periodístico ceutí a la hora de explotar este
filón mediático, es decir, la posibilidad de que menores
musulmanas, desde los nueve años de edad, puedan casarse con
mayores de edad, bien maduros e incluso talluditos. Me dirán
que en España no es posible legalmente. Bien, pero… ¿y qué
ocurriría si pequeñas españolas son llevadas a otro país
para contraer matrimonio?. Matizo: ¿qué está antes, nuestra
Constitución o determinado tipo de creencias?. Porque desde
estas líneas estoy en condiciones de asegurarles tras una
buena ronda de conversaciones que, de permitírseles, un buen
número de nuestros conciudadanos musulmanes aceptarían
encantados este tipo de matrimonio asimétrico. Profundizo y
pongo el dedo en la llaga: ¿es aceptable hoy, para un
musulmán en Europa, plantearse siquiera la posibilidad de
que inocentes pequeñas puedan contraer matrimonio con
adultos musulmanes… alegando el ejemplo del Profeta (Loado
sea su Nombre, como suele decirse)?. Animo en Ceuta a los
periodistas a inquirir, de conocidos líderes religiosos y
políticos de la comunidad musulmana, su respuesta como
creyentes. De forma paralela, invito a la Delegación del
Ministerio de Educación y Ciencia a hacer públicas las
estadísticas de abandono escolar en la Ciudad, con especial
referencia a las jóvenes musulmanas; ¿qué es luego de
ellas?. Otra mina mediática en la que “excavar”…
Marruecos, por decisión personal de su joven soberano
Mohamed VI, logró dar un gran salto adelante con la
promulgación del nuevo Código de la Familia, la Mudawana, en
el que sin embargo siguen latiendo algunos artículos que
retrotraen a un pasado feudal impidiendo la convergencia del
vecino país hacia Europa y Occidente, forzada su asunción
legal por las circunstancias. Sí, el contexto: no fue nada
fácil incluso para Mohamed VI que el Parlamento aprobara la
Mudawana, el ambiente en la calle era muy tenso. Recuerdo la
masiva concentración en Casablanca de centenares de miles de
islamistas (se habló de un millón), no solo de la alegal
“Justicia y Espiritualidad” por cierto con representación
asociativa en Ceuta y muchos de cuyos miembros acudieron
encantados el otro día a pastar margaritas, manifestándose
en contra de la nueva Mudawana. Una Mudawana que, con ese
rancio sabor a un pasado consuetudinario tribal amparado en
la “salafiya”, permite a individuos como Al Maghraoui
invocar la violación legal.
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