Los Reyes de España presidieron
ayer por la mañana, un año más, el tradicional desfile con
motivo del Día de la Fiesta Nacional, en el que participaron
más de 4.600 militares de los tres ejércitos y al que,
además os príncipes de Asturias, los duques de Palma y la
infanta Elena, se pudo ver en la tribunal principal al
presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; a sus
homólogos del Congreso y del Senado; a los del Consejo
General del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional y a
los presidentes autonómicos de Madrid, Extremadura, Castilla
y León, Castilla-La Mancha, Cantabria, Ceuta y Melilla, y
dirigentes políticos, entre ellos el líder del Partido
Popular, Mariano Rajoy. Por una vez, después de la
contaminación que en forma de polémica política había
rodeado este acto en años anteriores, en 2008 la única salsa
extra de la festividad fue el desliz que, en conversación
privada con Javier Arenas, el presidente del PP cometió ante
un micrófico que captó cómo calificaba de “coñazo” el
desfile de ayer. La broma, pues tampoco viene al caso darle
mayor importancia a semejante tontería, ha cobrado más
dimensión de la que debiera a causa del injustificadamente
extendido tópico que atribuye a los políticos de la derecha
y el centroderecha español mayor vocación castrense y
nacional que a los de cualquier otra parte del espectro
político español. Durante muchos años, a causa posiblemente
del uso que hizo el Régimen de ella, la bandera española
pareció patrimonio de una única parte de los españoles.
Primero, porque esa parte hacía ostentación de ella.
Segundo, porque la otra, la izquierda, renunció de una forma
un tanto responsable a la misma. Desde hace un tiempo, y
seguramente a ello haya contribuido más que nada la reciente
victoria de España en la Eurocopa, como el Mundial hizo lo
propio en Alemania, ser y sentirse español ha empezado a
dejar de ser algo que no convenía airear. Todos nuestros
políticos debería contribuir a normalizar el orgullo de ser
español, sin más, por delante de cualquier inclinación
ideológica.
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