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sociedad - LUNES, 13 DE OCTUBRE DE 2008


pardela cenicienta. cedida.

aves
 

Del equilibrio de la
caza y la protección

Los cupos de capturas de las actividades
cinegéticas se establecen en el Consejo y debe seguir las restricciones establecidas en la Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad
 

CEUTA
Fernando M. Caracena

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Jerónimo De Mascarenhas, en una época de confusión entre lo portugués y español, hizo la primera referencia a la caza en Ceuta en su libro publicado en 1648 de bárroco título Historia de la ciudad de Ceuta, sus sucesos militares y políticos, memorias de sus santos y prelados y elogios a sus capitanes generales. Mascarenhas comenta en su obra que era tal la riqueza de especies que los conejos y las codornices se acercaban hasta el entorno de las murallas de la ciudad.

360 años más tarde la gestión de las actividades cinegéticas ha cambiado un poco. Los cupos que se establecen para la temporada se deciden en el Consejo de Caza, presidido por la viceconsejera de Calidad Ambiental, Celinia De Miguel. Este organismo debe seguir las directrices marcadas por la 42/2007 del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad y recoge entidades de muy diferente índole: desde conservacionistas como la Sociedad Española de Ornitología (SEO), estatales como el Ejército o a las propias asociaciones de caza: “Este año habíamos hablado antes de los cupos que se podían designar y la anécdota fue precisamente que fue el Consejo de Caza más breve de los que yo tengo recuerdo” dijo el presidente de la Sociedad de Cazadores, Antonio López.

Los cupos de este año recogen dos periodos. El primero va desde el 5 de octubre hasta el 21 de diciembre y las cantidades se establecen por cazador y día: dos ejemplares de conejo, uno de liebre, dos perdices morunas, tres becadas, cinco tórtolas comunes y diez codornices. Además se decretó que los faisanes no tuviesen cupo al ser una población alóctona, es decir no propia de los entornos silvestres de Ceuta por lo que se busca la eliminación de la población que está asentada en los montes locales. Un objetivo difícil, en cotos cercanos de Marruecos se hacen sueltas de faisanes en diciembre y el ave tiene una capacidad de vuelo muy largo.

El otro periodo se alarga desde el 5 de octubre hasta el 18 de enero, pero a partir del 21 de diciembre los cazadores no podrán auxiliarse de perros. En él se recogen tres especies de paloma, tres de zorzales y los estorninos. Todas estas especies pueden capturarse en un número de diez ejemplares por cazador y día, excepto la paloma zurita de la que se pueden capturar cinco. Además se pueden decretar batidas excepcionales de animales que pueden originar daños a la naturaleza o a las personas como el jabalí, o, si la Consejería de Medio Ambiente no consiguiera una solución menos directa, los perros asilvestrados.

“La Sociedad de Cazadores de la Federación fuimos los primeros en 2001 en pedir que se estableciesen cupos y limitaciones. Probablemente sea ahora el momento que más especies se encuentran protegidas en Ceuta y se decretan como no cazables” señaló Antonio López. En la ciudad existen poblaciones de especies que están incluidas en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas y protegidas como el alcavarán, la curruca cabecinegra, el mochuelo o la pardela cenicienta. Otras, como la tórtola común, se encuentran en la lista roja de especies amenazadas: “La lista roja no es nada vinculante ni definitivo, pero se designó su cupo a pesar de que las poblaciones están en claro retroceso en España” indicó el responsable del área de conservación de la Sociedad Española de Ornitología en Ceuta, José Jiménez. Mediante esta protección hay especies como el mirlo o el pinzón común que están prosperando y aumentando sus poblaciones

Los peligros para las especies amenazadas ya no pueden provenir de la presión de las actividades cinegéticas, descontando a los cazadores furtivos que se lucran con la venta de la carne del jabalí, lo que no quiere decir que no existan dificultades para que prosperen sus poblaciones: “El monte no está en buenas condiciones, está muy cerrado y homogéneo y eso favorece a las alimañas y los depredadores como el meloncillo, que está protegido y tiene una población que está aumentando en los montes de forma extraordinaria” aseguró Antonio López.
 

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