Lo que fue una idea concebida para el desarrollo en un aula
de compensatoria con alumnos de segundo, tercero y cuarto de
Primaria ha acabado extendiéndose a todo un centro. Es el
proyecto dirigido por Manuel López Ruiz, profesor de
Educación Compensatoria del colegio Federico García Lorca,
que ha sido finalista del Premio Acción Magistral 2008. Una
idea que el jurado ha colocado entre las diez primeras de un
total de más de cien aspirantes.
La lectura entre los alumnos de los cuentos sobre las
emociones de la psicóloga y escritora vasca Begoña Ibarrola
es la base para desplegar acciones dirigidas al desarrollo
de la inteligencia emocional y el fomento de hábitos de
lecto- escritura entre los más pequeños. Todo ello
encaminado a la integración y a la resolución de conflictos
para los alumnos con dificultades del centro.
Este es un proyecto que se inició hace dos años con la clase
de Educación Compensatoria de López Ruiz pero que este
pasado curso contó con la participación en los recreos de
los alumnos de primero, segundo y tercero de Primaria
gracias a la colaboración del resto de tutores. Los recreos
se aprovechaban para el reparto de libros y cuentos entre
los pequeños.
Además, ya en las aulas se intentaba aplicar la inteligencia
emocional en asignaturas distintas a la lengua. “Unas se
prestaban más a ello y otras menos pero la idea era
globalizar esta iniciativa”, aseguró López Ruiz.
Más allá de todo el objetivo principal que se quiere
transmitir con las lecturas es el de dotar a los alumnos de
los conocimientos necesarios para afrontar situaciones de
conflicto fuera de las aulas. “Estos cuentos te dan pistas
para la vida. Para resolver situaciones difíciles no hay un
sólo camino. Estas fábulas ofrecen al menor la posibilidad
de conocer algunas pautas de comportamiento que pueden
repetir en el futuro”, explicó. El secreto para que las
lecturas lleguen es la dramatización. Por ello, según
precisó, trasponemos las historias del cuento en situaciones
de la vida real, para que les sea más fácil identificarse
con ellas.
López Ruiz reconoce que la luz mediática que se cierne sobre
el centro por la mención es positiva pero esta no serviría
de nada si no se logra que otros centros utilicen este
proyecto y lo adapten a su realidad estudiantil.
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