Con la consejera de Asuntos Sociales, Carolina Pérez, y
parte de su equipo de trabajo siguiendo los trabajos in
situ, la Ciudad Autónoma culminó ayer a última hora de la
tarde la demolición de tres de las viviendas más afectadas
por las lluvias torrenciales de septiembre, ubicadas en la
zona más próxima al mar. Durante los próximos días el
Gobierno ceutí seguirá echando abajo el resto de viviendas
conforme vaya realojando a sus ocupantes “para no perpetuar
el problema”.
La Ciudad Autónoma inició durante la tarde de ayer los
derribos de las viviendas de Miramar-Chorrillo, unas casas
situadas en la playa “que fueron las más afectadas por las
lluvias torrenciales de los pasados días 28 y 29 de
septiembre”, según destacó el Ejecutivo autonómico a través
de un comunicado de prensa en el que subrayó que “más de la
mitad de las más de 80 personas que fueron alojadas entonces
en el polideportivo Antonio Campoamor procedían de esta
zona”.
Así, el Gobierno que preside Juan Vivas adelantó que
“siempre que los informes técnicos así lo indiquen” se
procederá a la demolición de “todas” las viviendas situadas
en este punto de la ciudad debido al riesgo que entraña su
ubicación y a las “malas condiciones” en las que se
encuentran.
La intención del Ejecutivo es proceder al realojo de las
familias en “viviendas alternativas” y “casi paralelamente”
efectuar el derribo de las casas en las que hasta ahora
habitan “para evitar que sean ocupadas de nuevo y que, así,
nunca se acabe con este problema”, tal y como destacó en
declaraciones a los medios desplazados hasta la zona a
última hora de la tarde la consejera de Asuntos Sociales,
Carolina Pérez, quien explicó que su departamento ha
alquilado una planta entera de un hostal local y varios
apartamentos para llevar allí a los ocupantes de las
primeras viviendas demolidas, que durante la jornada de ayer
fueron tres.
Hoy, tres más
La Ciudad Autónoma concretó a través de su Gabinete de
Comunicación que las tres viviendas derruidas ayer en unos
trabajos que concluyeron cuando ya había caído la noche
“pertenecen a familias alojadas provisionalmente en casas
buscadas por la Consejería de Asuntos Sociales”, mientras
que otras tres unidades familiares, integradas por un total
de diez personas, cuyas casas se echarán abajo hoy mismo,
fueron trasladadas a habitaciones de un hostal “como lugar
provisional hasta que esté disponible un hogar como en el
caso de las anteriores familias”.
El estado de estas viviendas de Miramar-Chorrillo, en
terrenos de dominio marítimo-terrestre de competencia
estatal, ha sido revisado a fondo por técnicos de Asuntos
Sociales y de la Consejería de Fomento, que certificaron
“las malas condiciones en las que se encuentran las
edificaciones existentes”.
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