Suena el teléfono cuando desde mi
cierro veo llover con fuerza y hasta graniza durante unos
minutos. Quien llama, a buena mañana, es persona que sabe
que puede hacerlo. Aunque sea para contarme cuatro naderías.
Me has cogido en casa por casualidad, pues a esta hora
acostumbro a estar ya caminando con ‘oasis’, le digo.
-Ya lo sé, pero con la que está cayendo, tenía la certeza de
que aún ni tú ni tu perro estabais callejeando.
Tú dirás...
-Acabo de leer tu columna en la internet, como es habitual,
y me he quedado, como tu bien dices, con la miel en los
labios. Deseando que me digas el nombre de esas mujeres que
hablan sin miramientos de los compañeros y compañeras de sus
maridos, también miembros del Gobierno de la Ciudad.
Lo siento. Mas en estos casos uno no debe, bajo ningún
concepto, poner en peligro a los confidentes.
-¿Tan mala es la relación entre Pedro Gordillo y
Juan Vivas?
No sé a qué viene esa pregunta... Pero tampoco es algo que a
mí me preocupe. Allá ellos con sus problemas y con sus
formas de entender la actividad pública. Siempre y cuando no
causen estropicios que redunden en contra de los ciudadanos.
-Pues Gordillo, cuando alguien se le pone farruco, lo
primero que suelta por su boca es lo siguiente: “Oye, no te
pases que yo no soy como Juan Vivas...”.
Bien. Eso es algo más que sabido. Y que sólo demuestra que
son dos personas muy distintas en todos los aspectos.
-¿De quién te fías tú más?
Dame una razón por la cual yo tenga que fiarme de ellos y
además proclamarlo a los cuatro vientos.
-¿Es verdad que ambos tienen secuestrados a los medios de
comunicación?
Si así fuera, estimado amigo, seguro que Juan Luis
Aróstegui no sería la persona que más veces sale en los
medios de comunicación.
-Manolo, vengo observando, desde hace ya un tiempo,
que no mencionas para nada a Francisco Antonio González.
¿Por qué?...
En principio, porque por su culpa estuve tentado de pirarme
de este medio. Pero como tú bien sabes, por habérmelo oído
decir más de una vez, a mí no me hacen tilín los que siguen
teniendo ese tufillo de una derecha rancia ni tampoco los
que siguen añorando una izquierda caduca.
-Antes de que se me olvide, me han dicho que te pregunte si
te es permitido escribir libremente y con la verdad por
delante.
-Ya dije, días pasados, que la primera censura me la impongo
yo. Porque entiendo que el empresario de medios ha de
defender el beneficio económico.
-Menudo lío...
Sí. No es fácil. Y mucho menos en ciudades pequeñas.
-Sin embargo, Luis María Anson dice que la verdad
informativa y la libertad de expresión están por encima del
beneficio económico.
Decirlo no significa que el maestro haya cumplido siempre
con esa máxima.
-¿Se puede saber por qué te cae bien José Fernández
Chacón?
Nunca he pensado que se me notara tanto.
|