No ha sonado la bocina, que De la Encina tiene guardada en
un cajón, del proceso de refundación del PSOE de Ceuta, pero
a la espera de que el diputado y Ferraz decidan dar el paso
el secretario general de Juventudes Socialistas de Ceuta (JSCE)
movió ayer un peón. Fue una apertura prudente y discreta
que, mientras la ejecutaba, negó estar realizando con otras
miras más allá de dar por finalizada su etapa de
“transición” al frente de la organización juvenil, más que
nada por el exquisito respeto a las formas que se ha
impuesto. El caso es que, como anunció ayer este periódico,
convocó a los medios en la sede socialista y anunció que el
próximo día 25 dirá adiós a Juventudes “satisfecho”,
aseguró, porque deja JSCE “más presente en la sociedad y en
los medios y con más militantes”. En concreto, con el doble,
unos 35, de los que tenían derecho a voto cuando fue
elegido, hace quince meses.
Además, dio las gracias a todos los que le han apoyado en
esa “escuela de vida” que para él ha sido Juventudes con el
resultado de conseguir en un año “lo que nos habíamos
propuesto lograr en 18 ó 24 meses” y quiso dejar claro que
ni está ni estará detrás de ninguna candidatura para
sucederle, aunque obviamente tiene sus preferencias.
En relación con la Secretaría General del partido, a la que
sin duda optará, repitió que podría haber sido egoísta y
agarrarse al machito hasta ver lo que pasa en el PSOE, pero
aseguró que “lo honesto es esto”.
Para terminar, aunque lo dijo al principio, criticó
precisamente por falta de honestidad al PP, a quien imputó
una “desfachatez inaudita” por “manipular y desinformar” a
los ceutíes ocultando el papel del Estado en proyectos como
los de la rehabilitación de la Estación de Ferrocarril, la
EDAR o las viviendas de Loma Colmenar.
Carracao va de honesto y seguramente esa es la única asa a
la que, en el desconcierto, puedan agarrarse hoy los
disconformes con el pasado reciente, antes llamados críticos
o renovadores, de que la refundación será limpia y sin
zancadillas. Porque a Carracao no se le escapa, como tampoco
se le escapa a José Blanco o a Antonio Hernando, que lo
confesaron en público en Melilla, que las cosas en Ceuta
están “difíciles”.
Por la cuenta de la vieja, apuntan todas las fuentes
consultadas, el oficialismo lo tiene crudo: cuando se
pusieron a recoger firmas, los críticos sumaron más de las
del 70% de los antiguos afiliados, que salvo sorpresa o
chanchullo mayúsculo deberían formar los cimientos del nuevo
partido.
“No tanto por las diferencias políticas para tratar la
posibilidad de formar una única candidatura de consenso como
por las heridas personales sin cerrar”, advertía ayer un
antiguo militante que leyó como un alivio en plena batalla,
hace hoy un año, cómo la Ejecutiva Federal disolvía la
Federación ceutí, algo nunca visto en España.
Por tanto, y ese es el temor entre los que piden cambios, la
única garantía de victoria del aparato pasaría por una criba
más que ideológica, ‘amistosa’. Pero Carracao va de honesto
y ya ha tendido cables a través de sus fieles hacia quienes
pululan o son pululados como posibles rivales suyos por la
dirección del partido y, de entrada, su gesto, a falta de
más sustancia, no ha sentado mal porque sus intervenciones
se siguen al detalle.
“Cuando se congratula porque haya más militantes, cuando
habla de honestidad y de claridad, de los beneficios de la
pluralidad, suena bien, pero es difícil sellar la brecha
abierta, sobre todo, por agentes externos”, se analiza desde
el otro lado.
El “peor perfil” del candidato
“Si sale elegido y acepta la responsabilidad exigirá ser
libre para escoger a sus compañeros de Ejecutiva”,
aseguraron ayer fuentes próximas al candidato oficioso no
implicadas directamente en la batalla librada durante los
últimos meses pero afectas a su posición. “Su peor perfil es
que igual que a algunos se les ha encuadrado de una forma
muy nítida con los críticos él se ha mantenido muy fiel, al
menos de puertas para fuera, a la postura oficial”,
diagnosticó uno de sus posibles adversarios congresuales.
Por todo ello, coinciden en lo que fue la base de la
militancia activa del PSOE ceutí hasta hace un año, la
posibilidad de cualquier acuerdo que desemboque en una
opción de consenso pasa por varios episodios, entre ellos
por la ruptura de determinadas amarras con el pasado, por
tener la suficiente agilidad y generosidad política como
para llegar a un acuerdo y por, lo más difícil de todo, el
cierre de las profundísimas heridas personales que se han
abierto durante este año y que han dado pie a esperpénticas
escenas de enfrentamientos fuera de tono y lugar como la que
presenció el delegado del Gobierno en la última Feria.
“Ese día se dio cuenta de lo que iba el percal”, aseguró
ayer un testigo presencial que duda de las cartas de todos y
desconfía de que uno de los corredores pueda ser garante de
la ‘limpieza’ de la competición.
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