Para bien o para mal, el resultado cosechado el domingo
suele condicionar la semana de los futbolistas. Si se gana,
se disfrutan unos días de lo más placenteros. Pero si se
pierde, y encima como consecuencia de un error tuyo, el
intervalo hasta el siguiente encuentro se convierte en un
particular infierno. Lo que el domingo le ocurrió a un
Bernat Alomar que reconoce que se pasa especialmente mal
debido a que, si ya de por sí “cuando el equipo pierde
puntos” se sufre, todavía más “si viene por una jugada
propia”. Con lo que “te quedas un poco ´jodío´”, sin parar
de analizar mentalmente lo sucedido.
Todo empezó con un pase en profundidad cuando “yo ya me
estaba cerrando en el lateral”. Entonces, pensando que lo
iba a interceptar, “me tiré porque estaba casi seguro que la
iba a cortar”, e incluso “la toqué un poquillo”. Pero con la
mala fortuna que, para colmo de males, “se le quedó mejor y
todo” a un Israel que “encima marcó gol”. Por lo que, a
partir de ahí, no queda otra que aprender de los errores.
“Se corrige con la posición un poco más centrada”, para
seguir aprendiendo a desenvolverse en una demarcación en la
que ha jugado tres partidos y que no es su sitio natural.
“Ni natural, ni que había jugado nunca en Mallorca”,
justifica. Ya que “mi posición natural es la de mediocentro”.
Donde uno está más arropado por los compañeros, entendiendo
que “cuanto más adelantas la posición, menos te cuestan los
errores. Pero cuando estás más atrás, cuesta más”.
Ante el Betis B, en la primera parte, “a Rubén lo mantuve
bien, me anticipé un par de veces”. Y en la segunda mitad
“aunque ellos tuvieron el balón, tampoco crearon mucho
peligro hasta la jugada del gol”. Hasta el punto que el
Ceuta pudo matar el partido con el uno a cero, ya que “Elvis
tuvo una muy clara que hubiera cambiado la cosa”.
A partir de ahí lo que les queda es mirar adelante y
centrarse en un Cádiz que será un hueso duro, “tanto como
que va primero y en teoría es el más duro”. Donde irán “más
fuertes que nunca y a ganar, no a empatar ni nada”. En un
campo “histórico” del fútbol español “en el que a todo el
mundo le gustaría jugar”.
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