La Ciudad Autónoma de Ceuta sirvió de marco a la coronación
del joven coruñés David Lariño (MI, 2426), del Club Santa
Ana de Tudela (Navarra), como Campeón de España Absoluto.
Quien reconoció que “es un honor quedar campeón de España
con diecinueve años”, pasando de ser una promesa a una
realidad.
Horas después de apuntarse su primer entorchado nacional en
categoría absoluta, confesó que “me ha alegrado mucho porque
no me lo esperaba, en particular teniendo en cuenta que era
de los últimos del ‘ránking’ y que en el campeonato había
ocho Grandes Maestros”. Lo que ha significado que la
competición haya sido “bastante fuerte, porque había
jugadores destacados como Miguel Illescas y muchísimos
ajedrecistas duros, de ahí que el título no haya sido nada
fácil”.
Lariño, que eliminó en octavos de final al extremeño Manuel
Pérez (1-1 y 1-3 en el desempate), en cuartos de final al
canario Pablo San Segundo (1-1 y 1,5 a 2,5 en el desempate)
y en semifinales al andaluz José Carlos Ibarra (1-1 y 2 a 4
en el desempate), es la prueba fehaciente de lo igualado que
ha estado la prueba. En relación a su trayectoria y a los
desempates ha explicado que “he tenido mi estrategia y han
sido partidas muy igualadas”. Hasta el punto que “acabé muy
cansado, aunque me he visto favorecido del ritmo de las
partidas de los desempates”.
Sobre la final contra el valenciano Julen Arizmendi, Lariño
ha señalado que “fue de infarto, ya que hicimos tablas en
las dos partidas, luego gané una y perdí otra en el
desempate y en el segundo desempate logré una victoria y
unas tablas que me dieron el título”. Victoria tras la que
no se olvida de su oponente, al que calificó de jugador muy
bueno y fuerte. Estando la clave en que “luché todas las
partidas y nunca di ninguna por perdida”.
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