En el año 1992 la Dirección General de Tráfico puso en
marcha su primera campaña publicitaria bajo el eslongan:
´Las imprudencias se pagan, cada vez más´. Un lema que bien
podría aplicarse a la AD Ceuta de la presente temporada,
teniendo en cuenta que los errores defensivos que acumula el
cuadro caballa le están costando puntos. Fallos subsanables
que contrastan con la solidez de los ceutíes durante el
curso pasado, cuando basaron en la fortaleza de la zaga
buena parte de sus éxitos. Y es que, en los último cinco
encuentros, los blancos han encajado hasta seis tantos,
todos ellos evitables.
La hemorragia de puntos empezó en la tercera jornada cuando
visitó el Alfonso Murube el Puertollano. Un equipo que se
llevó los tres puntos en litigio, al remontar el gol inicial
de Txiki, logrando darle la vuelta al encuentro (1-2).
Simplemente con aprovechar el desacierto de una retaguardia
que tuvo un día especialmente gris, encontrando un inspirado
Tariq sus puntos negros. Primero, estableciendo el empate
poco después que los blancos se adelantaran, al robarle la
cartera a Dani Martino -que se confió en exceso- y poner el
balón lejos del alcance de un Javi Martínez que pudo hacer
algo más en la salida. Una acción que no sería la última que
acabaría en gol del delantero nacido en Emiratos Árabes, ya
que en la segunda mitad, conectó con la testa un envío desde
la diestra que, libre de marca, alojó en el fondo de las
mallas, dándole los tres puntos al conjunto manchego.
Una semana más tarde, en la Ciudad Deportiva del Lucena,
sería Velasco el que encontraría todas las facilidades del
mundo para internarse en la zaga caballa y poner el pase de
la muerte para que Sarmiento adelantara a los cordobeses. En
un encuentro que, afortunadamente para los de Benigno, el
Ceuta fue capaz de devolver el empate al luminoso,
rescatando un punto que tres días después se hizo bueno en
el Alfonso Murube; donde los blancos golearon al Granada.
Pero poco duró lo bueno para los blancos ya que, cuatro días
después en El Maulí, el Ceuta volvió a dar la de arena. Esta
vez en acciones a balón parado que, de antemano, se sabía
que era el único arma de un recién ascendido Antequera. El
primer zarpazo lo dio Valentín al culminar con la cabeza una
falta lejana. Un gol que se tradujo en nervios e imprecisión
para un Ceuta incapaz de rematar entre los tres palos de la
meta defendida por Lara. El que sí volvió a encontrar puerta
fue el Antequera, en esta ocasión por mediación de Samu;
jugador que remató al fondo de las mallas un saque de
esquina en el que no tuvo oposición alguna. Tanto que, a
poco del final, echó por tierras las opciones de lograr algo
positivo de tierras malagueñas.
El último capítulo, en cuanto a errores defensivos se
refiere, tuvo lugar el pasado domingo cuando visitó el
Alfonso Murube el Betis B de José María Nogués. Un equipo
que, sin apenas pegada, pudo llevarse el triunfo, después de
enjugar la ventaja caballa que llegó bien pronto; cuando a
los cuatro minutos de juego Fran Amado adelantó al Ceuta.
Pero a partir de ahí los caballas fueron perdiendo terreno
hasta que un fallo defensivo de Bernat, al cortar un balón
que parecía suyo, dejó el cuero en las botas de Israel que
no perdonó ante un Lledó que estaba vendido. El último de
los despropósitos defensivos de un Ceuta que, eso sí, se da
la circunstancia que es el segundo equipo menos goleado del
grupo IV de Segunda División ´B´. Aunque para un equipo como
el ceutí, acostumbrado a especular con el marcador, los
errores defensivos le han llevado a perder entre tres y
cinco puntos que, en caso de haberlos sumado, le situarían
entre los cuatro primeros de la clasificación.
|