El cementerio hebreo de Santa Catalina presentaba ayer una
imagen desoladora. Uno de los muros se vino abajo durante la
tarde de ayer ensuciando algunas de las tumbas de límpido
mármol blanco. La inestabilidad de un terreno aún fangoso
provocado por las lluvias torrenciales de finales de
septiembre fue una de la causas que se manejaba ayer en la
Ciudad: “Esto se puede ir produciendo en los próximos días
en algunos puntos de la ciudad como resaca de las
inundaciones” dijo Gregorio García Castañeda.
El director general de Obras Públicas, Francisco Navas, y el
director técnico de Acemsa, Juan Manuel Sánchez, se
desplazaron en la tarde de ayer a comprobar cuales habían
sido los desperfectos producidos en el cementerio.
El presidente del colectivo judío local, José Bentolila,
quiso valorar ayer la presteza en acometer los arreglos:
“Queremos agradecer el interés tomado y la eficacia tanto de
Juan Manuel Sánchez como de Francisco Navas que nos han
asegurado que a las ocho de la mañana comenzaran los
trabajos de desescombro”. Hoy se celebra un rezo en el
cementerio con motivo del Yom Kippur.
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