El Ingreso Mínimo de Inserción
Social que ha elaborado el Ejecutivo de la Ciudad, a través
de la Consejería de Asuntos Sociales, y que aprobará esta
mañana el Consejo de Gobierno supone, además de la
consecución de un compromiso adoptado con UDCE para la
aprobación de los presupuestos del actual ejercicio, un
hecho sin precedentes en la administración local desde su
creación en etapa democrática, aún más, de toda la historia.
Los poderes públicos, a quienes corresponden
constitucionalmente promover las condiciones para que la
libertad y la igualdad del individuo, y de los grupos en que
se integran sean reales y efectivas, están obligados a
fomentar medidas de empleo y a establecer prestaciones
económicas que aminoren las consecuencias de la exclusión
social de los más desfavorecidos. Además, en la exposición
de motivos, el Gobierno de la Ciudad alude a que de acuerdo
con lo previsto en el artículo 144b de nuestra Constitución,
la Ciudad accede a su autonomía a través de la Ley Orgánica
por la que se aprueba su Estatuto de Autonomía. Un Estatuto
que establece como valor primordial el mejorar las
condiciones de vida y de trabajo, facilitando las
condiciones adecuadas para que la igualdad de los ceutíes
sean reales y efectivas.
Dicho ésto, y en sintonía con este principio, hay que
recordar que el Gobierno Vivas aprobó el Plan de Inclusión
Social para el periodo 2008/11 donde quedó recogido una
serie de objetivos relacionados con la prestación del
Ingreso Mínimo de Inserción Social.
Es, sin duda un gran avance en el sistema público de
protección social porque el que llamaremos ya públicamente
IMIS, da cobertura asistencia a las personas que, por
encontrarse en situaciones de desventaja social, derivadas
de una infinidad de situaciones múltiples, se encuentren en
situación de exclusión social o en riesgo de exclusión, con
el añadido de enormes dificultades en la búsqueda de empleo.
Se trata de una histórica medida social adoptada que debería
enmarcarse en cualquier acción de un gobierno de corte
progresista que, sin embargo, he aquí la cuestión, es una
medida que es fácilmente detectable en muchos gobiernos de
corte neo liberal.
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