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sociedad - MARTES, 7 DE OCTUBRE DE 2008


gil, arostegui y dominguez. archivo.

JORNADA MUNDIAL POR EL TRABAJO DECENTE
 

¿China como modelo?

Los secretarios generales de UGT y CCOO y el coordinador de CSI-CSIF en Ceuta reflexionan sobre lo que es ‘trabajo decente’, tras plantear la Unión Europea una jornada laboral máxima de 65 horas
 

CEUTA
Rober Gómez

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El 7 de octubre de 2008, esto es, hoy, el movimiento sindical organiza una Jornada Mundial por el Trabajo Decente, una oportunidad sin precedentes para la dignidad laboral en una movilización global de gran envergadura. Antonio Gil, Juan Luis Aróstegui y Manuel Domínguez, líderes en Ceuta de la Unión General de Trabajadores (UGT), Comisiones Obreras (CCOO) y la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI-CSIF), respaldan hoy las convocatorias en la ciudad autónoma y piden que, más que fijarnos en China como modelo productivo, se globalicen los valores por los que vienen luchando los sindicatos: trabajo con derechos, contra la pobreza y la desigualdad y por la solidaridad internacional.

Pregunta.- ¿Qué es un trabajo decente?

Antonio Gil: Aquel que ofrece garantías de estabilidad, que cumpla con las normas de Prevención y Riesgos Laborales y que permita la negociación colectiva que regule sus condiciones de trabajo y salariales.

Juan Luis Aróstegui: Significa un trabajo estable y con derechos. Significa que haya una continuidad y unos derechos laborales y sindicales que permitan desarrollar una vida digna a las personas sin un exceso de explotación.

Manuel Domínguez: Es un trabajo en condiciones de libertad, equidad y seguridad y con un ingreso justo. Tener seguridad en el lugar de trabajo y protección social para los trabajadores y sus familias.

P.- ¿Es el porcentaje de paro existente el factor principal de la ecuación de la que sale la dignidad en el trabajo?

A.G: No debe. El porcentaje de paro en absoluto debe determinar las condiciones de trabajo. Un trabajo tiene que cumplir las condiciones dignas siempre.

J.L.A.: No necesariamente. De nada sirve que haya empleo si se consigue de recortar los derechos de los trabajadores, con unas condiciones que no permitan vivir con dignidad.

M.D.: Habría que instar a todos los gobiernos a hacer más respecto a la creación de empleo, pero no de cualquier tipo de empleo, sino de empleos decentes para todos.

P.- ¿Cómo se puede luchar contra el trabajo indecente ahora que se acerca una coyuntura en la que hasta tener un trabajo va a ser un privilegio?

A.G.: Afortunadamente, en nuestro país, gracias a las conquistas sociales, no hay cabida para el trabajo indecente. Hay mecanismos en el Estado español para perseguirlo. Un trabajo debe estar regulado y para ello están los sindicatos, la Inspección de Trabajo y la Ley.

J.L.A.: Aquí hay dos problemas con fondos distintos: una cosa es actuar con medidas de empleo eficaces en las economías localizadas y otra, de un mayor calado, que es extender, globalizar los derechos sindicales del conjunto de los trabajadores. Precisamente la jornada de mañana –por hoy– lo que tiene como objetivo es concienciar a la población de que mientras se ha internacionalizado la economía no lo ha hecho ni la política ni los derechos de los trabajadores.

M.D.: Muchas veces se aduce que los países no pueden permitirse unos salarios justos y mejores condiciones, sin embargo los costos a corto plazo se verían rápidamente superados por los beneficios a largo plazo.

P.- El Banco de España ha pedido una rebaja de las nóminas y eliminar las cláusulas de revisión salarial para combatir la crisis ¿Son éticas estas soluciones?

A.G: Que el Banco de España pida esto sí que es del todo indecente, porque el Banco de España y otros estamentos son los que han permitido que se produzca una crisis de este calado. Ahora quieren que sufran los trabajadores todo el derrumbe del sistema financiero. No son los trabajadores los que han especulado.

J.L.A.: Esas teorías han sido ya rebatidas por la propia práctica. La crisis está generando un problema de inflación y de empleo, pero cuya raíz no es un problema laboral. Me parece que el Banco de España más que hacer una aportación para luchar contra la crisis, aporta una forma de esconder la responsabilidad de algunos agentes económicos que han generado esta crisis.

M.D.: Para nada. La pregunta que está en el aire es por qué cuando se viene abajo el sistema financiero en un libremercado que, según habla el capitalismo, se autorregula, el Estado, y más concretamente los Bancos Centrales, tienen que acudir a su rescate; y por qué cuando hay beneficios no se distribuyen solidariamente en las capas de población más necesitadas. Los fondos de rescate dispuestos por las Administraciones pertenecen a los impuestos de los contribuyentes.

P.- ¿Hay alguna receta para una ciudad como Ceuta en la que el paro es todavía más acuciante que en el resto de España?

A.G.: Habrá que trabajar en instalar en Ceuta un modelo productivo acorde con sus posibilidades y poner mucha imaginación. Ceuta en el sector primario y secundario no tiene prácticamente ninguna implantación, habrá que abaratar también el transporte marítimo y el turismo. No obstante, Ceuta será siempre una ciudad exportadora, no nos engañemos, por lo que habrá que formar bien a los trabajadores, tanto si se quedan como si quieren encontrar trabajo fuera.

J.L.A: Ceuta tiene, desde el punto de vista económico, una gran complejidad. Los problemas económicos se unen a un problema político de fondo que es el hostigamiento de Marruecos hacia todo lo que suponga un desarrollo de Ceuta. Hay algunas posibilidades y caminos por explorar, pero, entre la falta de voluntad política y las reticencias de los empresarios a invertir y a arriesgar, hay una expectativa muy mala.

M.D.: Recuperar la inversión productiva. Hay que recordar que la desaparición en la ciudad de empresas como Weil, de cervezas y refrescos, o Carranza de Conservas, desaparecieron 450 y 279 puestos de trabajo. La falta de inversión productiva la tienen que paliar los estamentos públicos. De nada sirve un Consejo Económico y Social. Lo importante es servir de vehículo entre grandes empresas de la Unión Europea y la Ciudad.
 

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