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El trabajo de recuperación de las
zonas afectadas por las cuantiosas y torrenciales lluvias
caídas durante el inicio de la pasada semana no tiene aún
fecha de finalización. Es más cada día se suceden
situaciones que obligan a actuar sobre lo previsto. De ahí
que se esté retrasando la valoración exacta de lo que
supondrá la cuantificación de los desperfectos que las
lluvias ocasionaron en Ceuta. Adelantar cifras ahora es,
sencillamente, un ejercicio de elucubración sin datos
fidedignos.
No sólo la Ciudad Autónoma está realizando esas
valoraciones, también lo hacen los servicios de la
Delegación del Gobierno y, por supuesto, los tasadores y
peritos del Consorcio de Seguros que llevan durante toda la
semana trabajando sobre el terreno para cuantificar de la
manera más exacta el valor de lo dañado o perdido.
No es fácil sumar tan pronto el coste definitivo por lo que
a lo largo de esta semana se podrá realizar una ligera
aproximación, por parte de la Ciudad, una vez se pongan
sobre la mesa los datos y se realice la consiguiente suma
que, unida a la de la otra administración pueda aportar una
cifra más aproximada que la que se elucubra.
Máxime cuando, por ejemplo, los operarios de Acemsa han
tenido que verse obligados a abrir zanjas para desatascar,
literalmente, las redes principales de evacuación. Ayer
mismo transitar por los bajos de la Marina era casi
imposible debido a las obras dominicales que apresuradamente
tuvo que acometer la sociedad municipal para activar cuanto
antes los sistemas de saneamiento y de pluviales. Por tanto,
son costes añadidos que habrán igualmente que cuantificar
para anexarlo a los documentos iniciados al objeto de que
formen parte del verdadero coste que generó la torrencial
lluvia de tres días de duración de la pasada semana.
No será, pues, hasta esta misma semana cuando se pueda
realizar una pequeña aproximación, pero el trabajo que ha de
desarrollarse a partir de ahora es, sencillamente, de aupa.
Recuperar, rehacer, reponer, limpiar y sanear todo lo
afectado no se hará, seguro, en dos días. Así que habrá que
esperar para ver realmente la factura real.
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OPINIÓN / EDITORIAL
