Seguir las tendencias que marcan las modas no siempre es lo
más aconsejable o recomendable. Perforarse diferentes zonas
del cuerpo es una de las nuevas propuestas de los jóvenes,
no sólo en Ceuta, sino en todo el territorio nacional. E
incluso a todas las edades, el hacerse un piercing puede ser
de lo más atractivo y sugerente. Pero, ¿son conscientes los
usuarios de los peligros que conlleva?.
Desde el Consejo General de Colegios de Odontólogos y
Estomatólogos de España advierten que siete de cada diez
personas sufre algún tipo de complicación asociada a esta
práctica. Por una parte, su colocación puede acarrear dolor,
hemorragia, lesión nerviosa y riesgo de contagio de
enfermedades transmisibles (VIH, hepatitis B, C y D, tétanos
y tuberculosis). Con el tiempo, el roce constante con los
dientes, al hablar o juguetear con el piercing, produce
manchas, pequeñas fracturas en el esmalte y una reducción
progresiva de las encías.
Sin embargo, los expertos en la perforación alegan que
“después de hacerse un piercing, se sale con higiene pero
son los pacientes los que luego no lo cuidan. Los jóvenes,
en ocasiones, tienen en cuenta los contratiempos pero la
gente llega con el objetivo muy claro, le avisamos de los
problemas y luego firman un consentimiento”, explicó Rafael
Ángel Menéndez ‘Tete’, de Menéndez Tatoos. Uno de los
pendientes más peligrosos es el que se realiza en la lengua,
ya que se pueden dañar nervios, producirse infecciones e
hinchamiento, que a veces, son imposibles de controlar.
Aunque con un buen cuidado, advierten los perforadores, no
existe ningún inconveniente. “Un piercing en la lengua no es
peligroso si está bien hecho, pero sí es cierto que si no se
cuida, puede provocar una pequeña úlcera. Fuera de la boca
igual, pueden surgir alergias dependiendo del material del
pendiente que se coloque y la propia piel lo expulsa”,
sintetizó Margarita Díaz, titulada en tatuajes, piercings y
micropigmentación.
Según indicó la experta, “en Ceuta muchísima gente se hace
el pendiente en la boca, en dos días pueden venir unos cinco
o seis pacientes, y sobretodo, gente joven. Siempre les
insisto mucho para que se cuidan la boca porque es algo que
no cuesta trabajo y es fundamental para mantener en buen
estado la salud del piercing”.
Desde el punto de vista de los profesionales bucodentales,
“estas perforaciones no reportan ningún beneficio. Al ser
los pendientes metálicos, hay roce con el tejido interno, y
produce una inflamación en la encía. De otro lado, se
retienen materiales porque no se higienizan, no hay cepillos
específicos para piercing y pueden producir placas ya que
los materiales de los alimentos no se remueven”, indicó
Enrique Blesa, responsable del Plan Budental de Ceuta.
A lo que añade cuando se le pregunta por la perforación en
la lengua: “es un tejido blando, muy sensible, y a la mínima
inflamación, no te permite hablar y comer. Con la misma
perforación se pueden hacer heridas que van rompiendo el
músculo y se acaba expulsando. Y los que no son metálicos
pueden producir rotura incluso”.
A veces surge el interrogante sobre si existe información
suficiente para saber los problemas que puede acarrear el
hacerse un piercing, sea la zona que sea. “Creo que los
jóvenes lo saben pero por moda prefieren sacrificar los
riesgos posibles por estar más interesantes. Pero hay
información suficiente en revistas, prensa o televisión”,
argumentó el odontólogo.
Libertad para perforarse y libertad para cuidarse, pero los
efectos son dañinos y lo advierten los expertos en salud
bucodental.
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