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OPINIÓN - SÁBADO, 4 DE OCTUBRE DE 2008

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Hacer de un programa televisivo, de esos considerados telebasura, un buen programa es cosa de los grandes profesionales. Eso es lo que ocurre con el programa de Tele 5 “Gran Hermano”, donde Mercedes Milá, una profesional como la copa de un pino, hace de ese bodrio que el personal llegue a creerse que es el no va más de los programas. Ante el bien hacer de Mercedes Milá hay que descubrirse. Chapó, Mercedes.

Lo que, por supuesto, no puedo compartir es lo dicho por el presentador de “La Noria”. Jorge, cuando al referirse al mencionado programa, en un alarde de facultades, no mentales, dijo que si alguien opina que eso es telebasura, “no tiene ni puta idea de lo que es un programa de televisión”.

Mira, Jorge, siento no estar de acuerdo contigo y mucho menos con tu frase. El programa, te guste o te deje de gustar, es un bodrio más de la telebasura. Con el debido respeto opino que, desde mí personal e intransferible punto de vista, es pura telebasura que nada aporta y, por supuesto, tengo idea de lo que es un buen programa de televisión.

Dicho esto, tengo que decir y digo que respeto todas las opiniones e incluso acepto aquellas opiniones que consideran al programa como una joya de la televisión. Todas las opiniones son igual de respetables, y cada uno es libre de opinar lo que le venga en ganas.

Y ya que hablamos de “La Noria” ese programa que presentas cada domingo a medianoche y donde, al parecer, debes actuar de moderador en la tertulia donde se debaten temas de actualidad. La del último domingo, para enmarcarla.

Bueno para enmarcarlas son todas aquellas en la que intervienen personajes a los que no se les puede llevar la contraria porque están en posesión de toda la verdad, ellos son So Pena y María Antonia Iglesias.

Ambos personajes, cuando algunos tertulianos tratan de llevarles la contraria, llegan a sacar a relucir, aquello que sacan todos los que no tiene argumentos para rebatir a los contrarios, el insulto.

Lo del último programa, con la actuación de la señora Iglesias, es todo ello una auténtica obra de arte del bien decir y de una gran demostración de los principios fundamentales de educación. A la señora no se le ocurrió, nada mejor que insultar a un tertuliano, contrario a sus ideas, llamándole entre otras cosas “cabrón”. Toda una gran lección de democracia, de respeto al contrario y de lo que debe ser la buena educación que los insultos de la señora hacia su oponente.

Después de escuchar este “piropo” a un compañero de tertulia, no es difícil imaginar, lo que podría ocurrir, si esta señora tuviese mando, lo que le podría suceder a quien o quienes osaran llevarle la contraria a sus opiniones.

La señora perdió los papeles y, sin duda alguna, mostró la parte más fea de sus actuaciones con esos insultos que incluso dejaron descolocados al moderador, que no supo actuar en consecuencias. Quizás porque al moderador, según sus propias palabras, le pasa como a los que opinan que “Gran Hermano” es telebasura, que no tienen ni puta idea de lo que es televisión. Igual se aplica la frase a su forma de moderar un programa. Vamos, no tienes ni…
 

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