El Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento vivió con
enorme intensidad estos tres largos días pasados en que
Ceuta sufrió unas precipitaciones históricas que provocaron
daños de los que pocos salieron totalmente indemnes. Desde
UGT, creemos que ahora es el momento propicio para realizar
una reflexión sobre lo acontecido y manifestar a la opinión
pública nuestra preocupación por la actuación por parte del
Gobierno de la Ciudad.
En la madrugada del sábado al domingo, momento en que
comenzaron las lluvias, los bomberos respondieron
masivamente a la llamada que desde el Parque se realizó para
acudir en ayuda de quienes estaban de guardia en el momento.
La práctica totalidad de los efectivos, incluyendo a
compañeros que volvieron voluntariamente desde la península,
se enfundó en sus uniformes y se personó en el parque para
ponerse a disposición del dispositivo que establecieron los
mandos presentes. Decenas de compañeros estuvieron
trabajando hasta 72 horas seguidas sin descanso para arrimar
el hombro ante las inundaciones.
Sin embargo, fue frustrante vivir cómo, impotentes, muchos
ciudadanos nos reclamaban una ayuda que, en muchas
ocasiones, no podíamos ofrecer; y no podíamos ofrecerla
porque la falta de inversión de la Ciudad en bomberos
provoca que afrontemos estas situaciones con unos recursos
materiales insuficientes y en mal estado general. Sin bombas
de achique no podemos sacar el agua de las casas de los
ciudadanos. Hoy han sido las lluvias, pero mañana será, por
ejemplo, un tanque de materias peligrosas. Y seguimos sin
equipamiento suficiente para afrontar siniestros graves en
una ciudad que no debe depender del exterior. Es positivo
para la ciudad contar con la UME en situaciones concretas,
pero resulta triste comprobar y comparar los medios con que
contaban ellos y con los que nos vemos obligados a actuar
nosotros. Botas que se calan, moto-bombas averiadas sin
financiación o interés en su arreglo, vehículos de los años
ochenta, ni una sola plaza de bomberos convocada en cinco
largos años y goteras en nuestro Parque conforman el
particular SEIS del Gobierno local. Con lo que tenemos, nos
dejamos la piel en el trabajo día a día. No podemos esperar
ayuda externa para contingencias locales. Ceuta debe ser
autosuficiente y este Ejecutivo prefiere mirar a otro lado.
Recursos materiales para inundaciones, riesgos químicos,
rescates acuáticos y caninos y vehículos apropiados son
necesidades perentorias que la Ciudad no financia y cuya
carencia sólo aparece en los medios cuando ocurren
situaciones como la vivida estos días.
Año tras año se inundan las mismas zonas, sin que de nada
sirvan las denuncias ciudadanas, vecinales, de la oposición
política, así como la opinión de bomberos y asociaciones de
defensa medioambiental. ¿Por qué se vuelven a inundar año
tras año zonas como Cría Caballar, Benítez, El Tarajal,
Patio Castillo, Poblado Marinero, Paseo de las Palmeras…?
Obras mal realizadas y que de manera contrastada sufren
problemas son obviadas por parte de una Administración que
se da el lujo de negarle a la oposición medidas tales como
la creación de un mapa de peligrosidad sobre inundaciones o
que alardea de estar preparada para este tipo de
contingencias cuando toneladas de escombros y basura
circundan las zonas de recogida de aguas pluviales.
El Gobierno de Ceuta manipulará a la opinión pública
vendiendo gestión y el presidente Juan Vivas se culpará a la
“singular orografía ceutí”, como si certificara que estamos
condenados a vivir estas situaciones cada cierto tiempo.
Nada más lejos de la realidad. Ni hay material, ni personal,
ni mantenimiento, ni limpieza; y, lo que es peor, humildad
suficiente para reconocer los errores que han llevado a
muchas familias a dormir sobre el parqué de un polideportivo
y a cientos de ceutíes a tener que afrontar cuantiosos
gastos en sus casas, locales y vehículos. La enorme mayoría
de los daños se podrían haber evitado con medios y con obras
que garantizaran que el agua llega al mar sin destrozar e
inundar viviendas, locales y parkings en su camino. ¿O es
que a nadie le indigna que el 80% de las inundaciones se
hayan producido, paradójicamente, a escasos metros de la
orilla del mar?
Al menos a los sindicatos siempre nos quedarán estos huecos
en los medios de comunicación para denunciar la dejadez de
un Gobierno que prefiere hacerse la foto incluso con los
medios humanos y técnicos de una Administración de otro
color político que con los suyos propios. Cuánta ironía.
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