La fecha del 1 de octubre de 2008 debe conservarse en los
anales de la historia como el día en que por primera vez en
Ceuta se lleva a cabo, al aire libre, un rezo colectivo con
motivo de la finalización del Ramadán. En el Islam se
contempla dos rezos con el que cumplir los preceptos. Éste
de ayer y el que deberá realizarse con motivo de la
tradicional ‘Fiesta del Borrego’. Sin embargo, lo que
debería haber sido causa de algarabía y buenas voluntades,
ha motivado serios recelos en una buena parte del colectivo
musulmán seguidor fiel a la doctrina que protege el ‘Emir Al
Muminin’ que no es otro que el monarca alauí, Mohamed VI
quien delega en el Ministerio de Asuntos Religiosos el
cumplimiento del rito suní-malekí. Ministerio que también
recela suficientemente de la presencia de otras doctrinas
más rigoristas procedentes del islam asiático.
Dicho ésto, los organizadores del ‘musal-la’ o rezo
colectivo, apoyados institucionalmente con su presencia
[quedó claro ayer] por la Ciudad Autónoma y la Delegación
del Gobierno, no se han cansado de asegurar y afirmar por
doquier que su acción busca el hermanamiento y la unidad de
todos los musulmanes en Ceuta desde un punto de vista
moderado, abierto a la convivencia en paz de cuantos
profesan distintas confesiones en una ciudad multicultural y
plural.
No obstante, en tanto que la UCIDCE de Laarbi Maateis
proclamaba la hermandad de los musulmanes desde un tono
conciliador, la Comunidad Islámica de Ceuta de Hachmi
Lamrani, precisamente incorporada en la asociación de
Maateis, anunciaba que el tradicional rezo de fin de Ramadan
se realizaría en las mezquitas. A Lamrani se le unieron Al
Bujari y Feeri, como asociaciones claramente defensoras del
rito tradicional de la región. El juego de las acusaciones
desde los practicantes de la tradición moderada del Islam
contra la UCIDCE y sus integrantes por ‘rigorismo e
intolerancia’ también cala entre sus seguidores, como
igualmente llegaba el mensaje preferido de éstos últimos a
las instituciones sobre el ‘promarroquismo’ de los primeros.
En cualquier caso, se lo crean o no en las instituciones, el
hecho es que las primeras autoridades de la Ciudad Autónoma
compartieron el rezo en Loma Margarita. Eso sí mandando un
claro mensaje de respeto y de convivencia por lo
enriquecedor que supone el hecho de sumar y no dividir entre
las distintas ‘sensibilidades’ existentes. Maateis también
habló de unión “hemos ganado todos”, dijo para dejar claro y
público el respeto que se le profesa al Ministerio de
Asuntos Islámicos en una clara intención de frenar tensiones
derivadas de la organización de este acto, apoyado por las
instituciones ceutíes, en el entorno de los musulmanes
seguidores de la doctrina que sigue el Emir Al Mumimin y, de
añadido, relajar el estado de las cosas al otro lado del
Tarajal. Otra cosa será la idea que allí se tenga de aquí.
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