Los récords históricos alcanzados en las precipitaciones del
pasado fin de semana posibilitaron el crecimiento de un 21
por ciento de los embalses que tiene la ciudad en García
Aldave. En conjunto el pantano del Renegado y el del
Infierno aumentaron en 469.477 metros cúbicos pasando de un
llenado del 43 por ciento a un 64 en tan sólo tres días. No
en vano en Ceuta cayeron 533 litros por metro cuadrado
cuando la media de las precipitaciones anuales está entre
750 y 800.
No sólo desgracia y caos trajeron las inmisericordes lluvias
torrenciales de los últimos días, también sirvieron para
aumentar de forma sustancial la reservas de aguas de consumo
de la ciudad. En total entre el pantano del Renegado y el
del Infierno el nivel creció de un 43 por ciento marcado el
pasado 22 de septiembre hasta un 64 registrado ayer en el
recuento semanal que realiza la Confederación Hidrográfica
del Guadalquivir. Un 21 por ciento en total.
El Renegado almacena ahora 887.890 metros cúbicos de agua y
el Infierno 574.845. Entre ambas reservas se alcanzan los
1.462.135 de metros cúbicos cuando la capacidad máxima es de
2.285.414. Los datos del 22 de septiembre marcaban 992.658
metros cúbico por lo que el grueso del aumento ha sido
finalmente de 469.477. Esos son los datos aportados hasta
hoy, según el delegado de la Confederación Hidrográfica del
Guadalquivir, Salvador Durá, la capacidad debe seguir
aumentando “porque el terreno se encuentra muy mojado y
seguirá habiendo filtraciones de agua a los embalses durante
estos días”.
El número de litros por metros cuadrados que azotó Ceuta
llegó a los 533 litros por metro cuadrado, “una cantidad que
ya le gustaría tener al año a muchas ciudades de España”
aseguró Durá. El 28 se registraron 210, el 29, 146 y el 30,
177 litros por metros cuadrado. Teniendo en cuenta que
aproximadamente la media de las precipitaciones en Ceuta
alcanza entre 750 y 800 litros por metro cuadrado al año, en
tres días cayó más del 66 por ciento de la lluvia que se
espera para todo el año.
“Normalmente es mejor unas lluvias continuas en las que el
terreno se va empapando y se formen correntías que van
llenando los pantanos a que caigan de forma torrencial como
en esta última ocasión. De todas formas el aumento ha sido
bastante notable”. La fuerza del aguacero provocó además que
en los caminos de acceso al pantano se produjeran
desprendimientos en las laderas y derribos de árboles que
ahora habrá que subsanar.
Uno de los problemas que presenta el pantano,
particularmente el del Renegado que es el más grande de los
dos, es que posee una superficie limitada y se encuadra en
unas laderas que tampoco presentan una extensión de terreno
muy amplia para recoger el agua de las precipitaciones:
“Nosotros tenemos previsto canalizar el agua a través de
bombeos para aprovechar mejor la cantidad de
precipitaciones” indicó Salvador Durá.
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